¿Se rompen Alemania por el este y Reino Unido por el oeste?
Revuelta interna contra Merkel
Cordón sanitario. Es el que había que colocar sí o sí a pedido del establishment alemán, y de Merkel en primer lugar, allí donde el partido Alternativa para Alemania [AfD], tildado de ultraderechista, pudiera colocar sus narices donde se corta el bacalao, y ser uno de sus ejecutores.
Y es que en unas recientes elecciones en Turingia, su Parlamento eligió como canciller regional al liberal Thomas Kemerich con el apoyo del AfD y de la Unión Demócrata Cristiana [CDU] de Merkel: un sonoro cachetazo de revés contra la propia canciller, pero también contra Annegret Kramp-Karrenbauer [AKK], a quien Merkel personalmente había designado como su sucesora.
De tan grave, el hecho resultó insultante, insoportable y devastador. La gravedad radica en que Merkel, AKK y toda la cúpula del partido fue desautorizada, lo que empujó a AKK a presentar su dimisión como futura candidata a canciller de Alemania. Fue la primera víctima de este motín.
"Simboliza una fractura que era tácita pero que se escondía dentro del Partido Demócrata Cristiano de Angela Merkel" sostiene al respecto el Dr. en Geopolítica Rolando Dromundo.
Inquieta desde Pretoria en Sudáfrica, con la frustración que provoca estar a 8.800 kilómetros de epicentro del desastre, Merkel hizo algo nunca visto: habló de un problema político interno en plena rueda de prensa en una visita oficial a otro país. La canciller echó fuego por la boca: "Es imperdonable y el resultado debe ser revertido", dijo como si la elección parlamentaria de un canciller fuera un menú a la carta y al paladar de quien ostenta el máximo rango de poder.
Más allá de cuestiones partidistas concretas, el país germánico queda en una posición muy delicada, según el analista. "La gente busca nuevas opciones que le pueden parecer prácticas desde el punto de vista simbólico, pero obviamente acercarse a la extrema derecha es un error conociendo todo lo que representa y sobre todo en Alemania", sentencia Dromundo.
Teléfono para Boris Johnson
Pero no sólo Alemania está en problemas. En las recientes elecciones de Irlanda, Fianna Fáil [FF], partido centrista liderado por Micheál Martin, se llevó el gato al agua: ganó las elecciones y obtuvo 38 de los 160 escaños en juego, pero sólo uno más que el izquierdista Sinn Féin, ex brazo político del IRA. Mientras, el democristiano Fine Gael [FG] logró 35 asientos. Esto significa que se terminó el bipartidismo FF y FG solían alternar en el poder.
Todos ya empezaron a moverse en esas arenas movedizas, y hay posibilidades de que el espíritu unificador se lleve agua para su molino y haya una reunificación de Irlanda con Irlanda del Norte, algo que podría ser posible gracias a que su estatus es muy diferente al de Escocia. Algo que provocaría que Irlanda del Norte vuelva al seno de la Unión Europea sin más trámites.
"El Sinn Féin es un partido tradicionalmente republicano y que tradicionalmente han estado empujados por buscar la reunificación irlandesa, y en este momento se convierte en el partido más votado. El contexto ha cambiado y los británicos no tienen tanto como resistirse como antes, considerando una serie de factores", señala el Dr. Rolando Dromundo.