"Definitivamente se trata de un acuerdo muy importante que se estaba esperando por más de diez años para volver a dinamizar esta destacada parte de la economía, que es la agricultura, y mucho más a la reina de las exportaciones no tradicionales, la soja", afirmó Rodríguez.
El experto, gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), que asesora al empresariado, hizo la declaración al comentar el acuerdo de eliminación de cupos internos y apertura total a las exportaciones de productos como soja y azúcar.
El control de precios resultó efectivo, pero el crecimiento quedó a merced de materias primas como minerales e hidrocarburos, cuyas exportaciones cayeron drásticamente en el último quinquenio hasta provocar un creciente déficit comercial que redujo en gran medida las reservas internacionales del país.
Según Rodríguez, la crisis política desatada en Bolivia a fines de 2019, con la caída de Morales y la asunción de un gobierno transitorio conservador de Jeanine Áñez, abrió la posibilidad de un cambio de política económica que apenas comenzó a desplegarse.
El experto explicó que el acuerdo sobre las exportaciones tiene en realidad dos partes: primero, un pacto entre todos los sectores agrícolas de producción, procesamiento y consumo; y en segundo lugar, el compromiso del gobierno para apoyar a esos sectores con una apertura a mercados internacionales.
"Este acuerdo puede ser el punto de partida para una agenda más amplia, que lleve a impulsar la diversificación no solamente de las exportaciones sino también de la economía, hoy fuertemente dependiente de sectores extractivos como minerales e hidrocarburos", sostuvo el gerente del IBCE.
La liberación de las exportaciones todavía debe ser formalizada por un decreto gubernamental, que según los ministros que lograron el acuerdo con los empresarios sería emitido a más tardar en febrero.
El experto calificó como "funesta para el sector agrícola" a la pasada década de controles estatales en el mercado interno y las exportaciones, con políticas de "precios justos" que en su criterio desalentaron las inversiones.
"La consecuencia funesta de haber tenido a este sector con esta camisa de fuerza por más de 10 años desde 2008 ha sido su estancamiento, en volumen no ha crecido la producción agrícola", afirmó.
Las exportaciones agrícolas de Bolivia sumaron menos de 1.000 millones de dólares sobre un total de 8.000 millones en el período enero-noviembre del año pasado, en el marco de una persistente depresión del comercio exterior del país que llegó a exportar hasta 14.000 millones cinco años antes, según cifras oficiales.