"En Ecuador no hay lenguaje inclusivo; esta es una lucha permanente; no existen políticas estatales para acabar con el lenguaje sexista", dijo la activista feminista Kruskaya Hidalgo.
Durante el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017) se generalizó, sobre todo en las entidades públicas, el uso de formas como "todos y todas", pero no se llegó a tratar el fondo del tema, por lo que no hubo ningún avance real en la adopción de políticas tendientes al uso de un lenguaje inclusivo.
"El trato y la forma de mirar este problema durante el Gobierno de Correa fue muy superficial; el tema de fondo es que en el discurso no haya visión sexista y en eso no se ha avanzado mucho", dijo la comunicadora social y catedrática de la Universidad Central del Ecuador, Ivanova Nieto.
El lenguaje inclusivo es un intento de crear opciones para sustantivos, con sus correspondientes artículos y adjetivos, que siempre se utilizaron en género masculino para referirse a conjuntos universales que también incluyen a las mujeres o a las personas LGBTI.
Esto no significa abolir los géneros masculino y femenino que existen en la lengua española, sino incorporar un tercero, neutro, que abarque a todos (o "todes", para decirlo en lenguaje inclusivo).
Hay otras variantes, como reemplazar la vocal que determina el género (la letra "a" o la letra "o") por una "x". Así, en lugar de 'estimado' o 'estimada', se escribiría 'estimadx', pero esta opción tiene la dificultad de volver algunas palabras impronunciables.
Pero en las universidades y centros de investigación no se puede utilizar la "e" ni la "x", según Hidalgo.
"A nivel de investigación, si yo utilizo la 'e' o la 'x' tengo muchas trabas al momento de pasar la revisión editorial para la publicación; me piden que cambie la e por a/o para hablar por ejemplo de trabajador/trabajadora, o construcciones neutras como 'personal docente', 'personal administrativo', pero no puedes utilizar ni e ni x ni la @. Hay instituciones que ponen más trabas que otras", dijo.
Nieto, mientras tanto, reconocí que la academia tiene un saldo rojo.
"El español es un idioma muy rico y se pueden encontrar formas inclusivas, pero en Ecuador no se ha trabajado a fondo en este tema", enfatizó.
Los Ministerios de Educación y de Inclusión Social pidieron que se retire la palabra género de los manuales de capacitación en temas de género y en lugar de ello se hable de capacitación en temas de violencia.
A lo anterior, observaron las activistas, se suma la falta de voluntad política para incorporar lenguaje inclusivo y la reciente negativa del Congreso a despenalizar el aborto por violación.