"En lo que terminó luego siendo reconocido como uno de los mayores aportes a la inclusión y a la no discriminación, la actual Constitución promulgada el 9 de febrero de 2009 por Evo Morales, producto de una Asamblea Constituyente y un referendum, introdujo la mención separada de los sexos en las referencias a personas", dijo a Sputnik la socióloga Isabel Chambi.
La Carta Magna del Estado Plurinacional introdujo en el lenguaje oficial de Bolivia, por ejemplo, las menciones reiterativas de "ciudadano o ciudadana", "Presidente o Presidenta", "parlamentarios o parlamentarias", "senadores o senadoras", etc, refiriéndose genéricamente a dichos cargos.
"Fue casi como curarnos en salud, porque la polémica sobre el carácter predominantemente masculino del lenguaje comenzaba al final de la década pasada a instalarse en los medios por el activismo de grupos feministas", dijo Chambi, quien fue asesora de asuntos indígenas de la Constituyente.
Destacó que el uso sistemático de referencias de "los xxx y las xxx" en la Constitución Plurinacional fue adoptado prácticamente sin mayores discusiones por iniciativa de la amplia mayoría del Movimiento Al Socialismo de Morales, que en este asunto "pareció seguir el modelo de la Constitución Bolivariana de Venezuela".
Curiosamente, la primera referencia separada de géneros masculino y femenino en la Constitución boliviana está dedicada a los ciudadanos y ciudadanas de otros países.
"Las extranjeras y los extranjeros en el territorio boliviano tienen los derechos y deben cumplir los deberes establecidos en la Constitución, salvo las restricciones que ésta contenga", dice el parágrafo VI del artículo 14, del capítulo de Derechos Fundamentales y Garantías, de la Constitución.
Chambi anotó que la pauta establecida por la Constitución evitó que la cuestión del carácter inclusivo del lenguaje sea un tema de polémica o conflicto en Bolivia, constituyéndose en modelo que actualmente se aplica en todos los textos oficiales, "salvo casos aislados que probablemente son producto de descuido y no devienen en problema para nadie".
Así, en la vida diaria boliviana se ha generado una suerte de convivencia pacífica entre el lenguaje inclusivo y el lenguaje regido por la gramática ortodoxa castellana que, cuando se trata de referencias plurales, incluye a los masculinos y femeninos en un solo término masculino.
"Ahora ocurre que esperamos encontrar en los textos oficiales siempre las referencias a las xxx y los xxx, y esto generalmente se cumple. Esperamos lo mismo de los discursos, y suele pasar lo mismo cuando se trata de textos preparados pero no necesariamente cuando son alocuciones improvisadas. Pero los interesante es que aparentemente nadie se hace problema sobre si se sigue o no la línea dada por la Constitución", señaló la socióloga.
En los medios de comunicación escrita, el uso de lenguaje inclusivo ha sido creciente en los últimos años, impulsado en parte por las citas periodísticas a textos o documentos oficiales que utilizan ese lenguaje.
Destacó finalmente, como otra particularidad, el uso mínimo y casi anecdótico en Bolivia de neologismos que utilizan la vocal "e" o la consonante "x" para dar un solo género inclusivo a palabras de doble género.
El lenguaje inclusivo es un intento de crear opciones para sustantivos, con sus correspondientes artículos y adjetivos, que siempre se utilizaron en género masculino para referirse a conjuntos universales que también incluyen a las mujeres o a las personas LGBTI.