Las partes sí alcanzaron acuerdos en otros puntos como la implementación de un Plan de Acción de Género para proteger de forma específica a las mujeres ante el cambio climático o la renovación del mecanismo de pérdidas y daños para proteger a los países más vulnerables.
Estos acuerdos no enmascararon la sensación general de fracaso en la cumbre, que tras la prórroga de dos días se convirtió en la COP más larga de la historia.
"Hoy los países hemos quedado en deuda con el planeta", dijo la presidenta de la cumbre, la ministra chilena de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
"Hoy no estamos satisfechos. Los acuerdos alcanzados por las partes son insuficientes para enfrentar con sentido de urgencia la crisis del cambio climático. Aún no están los consensos para aumentar la ambición a los niveles que necesitamos", agregó.
Mayor ambición
Uno de los puntos clave de las discusiones en Madrid consistió en cómo formular una petición para animar a los países a aumentar la ambición de sus NDC en 2020.
La comunidad científica alertó de forma reiterada que con los planes de reducción actuales el aumento de la temperatura a finales de siglo estará como mínimo por encima de los 3 grados, lo que supondría un incumplimiento flagrante de los Acuerdos de París.
Durante la cumbre, tanto la Unión Europea como la mayor parte de actores de Latinoamérica y los pequeños estados insulares empujaron por conseguir acuerdos concretos sobre el aumento de la ambición, con la vista puesta en conseguir la neutralidad de carbono para 2050.
Sin embargo, permanecen ajenos a esta iniciativa los principales países emisores de gases de efecto invernadero e importantes países petroleros como China, India, EEUU, Rusia, Canadá o Arabia Saudí, que durante la cumbre intentaron evitar la consecución de compromisos concretos para un mayor alcance de las NDC en 2020.
Finalmente, la cumbre concluyó con una declaración final en la que se "alienta" a los países a "aprovechar la oportunidad en 2020" para aumentar la reducción de sus emisiones ante la "la urgencia de abordar el cambio climático".
El asunto de las fechas puede parecer menor, pero si los países no presentan sus NDC con un margen suficiente para que el IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) los analice a fondo, se puede dar la posibilidad de que la comunidad internacional llegue a la cumbre del año que viene en Glasgow a ciegas, sin saber cuál es cálculo del impacto global de sus planes sobre la temperatura del planeta.
El artículo 6
El principal punto de la agenda en Madrid era desarrollar el artículo 6 de del Acuerdo de París, centrado sobre todo en la regulación de los mercados de carbono, aunque también abarca otros asuntos como la planificación de proyectos de mitigación similares a los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto.
En consecuencia, las partes dieron patada a seguir —tal como se hizo en la cumbre del año pasado en Katowice— y se limitaron a establecer avances en algunos documentos técnicos para que finalmente el artículo 6 sea negociado en la COP26 de Glasgow.
"Queríamos cerrar un artículo 6 que nos permitiera un implementar un mercado de carbono robusto con integridad ambiental y enfocado a generar recursos para permitieran transitar hacia un desarrollo sostenible y resiliente al clima (…) Es triste no poder haber llegado a un acuerdo final", señaló Carolina Schmidt.
Reacciones
Diversas organizaciones civiles y ecologistas mostraron su enfado por la incapacidad de la COP25 para aumentar la acción multilateral en materia climática.
"Afortunadamente, las débiles reglas sobre los mecanismos de mercado promovidas por Brasil y Australia, que habrían socavado los esfuerzos para reducir las emisiones, se han dejado de lado", dijo Mohamed Adow, director de Power Shift Africa.
Por su parte, Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace España calificó la cumbre como un fracaso, destacando que "la clase política hace oídos sordos al clamor social y científico que exige una respuesta urgente y contundente ante la emergencia climática".
La ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribero, afirmó este 15 de diciembre que la COP25 deja un sabor "agridulce", porque los compromisos que salen de Madrid deberían ser "mucho más contundentes y más serios".
Estas palabras se encuentran en línea de las declaraciones del secretario general de la ONU, António Guterres, quien se mostró "decepcionado con los resultados de la COP25".