"Se trabajó intensamente para asegurar unos mercados de carbono globales que aseguren una contabilidad robusta respetuosa de la integridad ambiental. Algunos no se sintieron cómodos, así que queda pendiente para el año que viene", declaró Teresa Ribero, ministra de Transición Ecológica de España.
Estos mercados permiten a un país o una empresa que emita más de lo permitido pagar a otro para que reduzca sus emisiones en una cantidad equivalente e la sobrepasada, lo que establece un mecanismo de compensación.
Una de las principales trabas para la consecución de un acuerdo sobre el artículo 6 tiene que ver el diseño mecanismos para evitar una doble contabilidad y que no se den escenarios en que dos países involucrados en esas transacciones puedan atribuirse por duplicado reducciones transferidas.
Finalmente, la COP25 incluirá en su declaración final un llamamiento a que todas la partes aumenten la ambición en sus planes de reducción de emisiones —conocidos como NDC— en el año 2020.
En concreto, la declaración incluirá un llamamiento en el que se "alienta" a los países a "aprovechar la oportunidad en 2020" para aumentar la reducción de sus emisiones ante la "la urgencia de abordar el cambio climático".
El Acuerdo de París obliga a sus firmantes a presentar planes de reducción de emisiones para contener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados —y a ser posible en torno a los 1.5— antes de finales de siglo.
La comunidad científica alertó de forma reiterada que con los planes de reducción actuales el aumento de la temperatura a finales de siglo estará como mínimo por encima de los 3 grados, lo que supondría un incumplimiento flagrante de los Acuerdos de París.
Sin embargo, algunos de los principales emisores de gases de efecto invernadero como China, India, EEUU, Rusia o Canadá mostraron reticencias para alcanzar un compromiso claro en ese sentido.
El llamamiento, aunque se incluirá en las conclusiones finales de la cumbre, tendrá un carácter retórico y ni siquiera incluirá un calendario para obligar a los países a entregar sus planes en los primeros seis meses de 2020.
El asunto de las fechas puede parecer menor, pero si los países no presentan sus NDC con un margen suficiente para que el IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) los analice a fondo se puede dar la posibilidad de que la comunidad internacional llegue a la cumbre de Glasgow a ciegas, sin saber cuál es cálculo del impacto global de sus planes.
"La declaración no supone un incremento de la ambición. Es más, en lugar de llegar a un pacto real, los Gobiernos acaban de aplazar el diálogo a Glasgow", valoró Javier Andaluz, responsable de cambio climático de la organización civil Ecologistas en Acción.
Durante una de las últimas sesiones plenarias de la cumbre, muchos países expresaron su decepción por los resultados de la cumbre porque, pese al llamado a aumentar la ambición, no se alcanzaron acuerdos sobre proyectos de financiación para materializar esos llamados.