En una de las últimas presentaciones del grupo, en el que Talvi cantaba y tocaba la guitarra, el público les arrojó comida para que dejaran de tocar.
"Fue un momento duro de la banda", dijo recientemente Talvi entre risas a un programa de televisión uruguayo, y añadió que estaba seguro que "póstumamente vamos a ser reconocidos".
La educación primaria y la secundaria las cursó en instituciones privadas bilingües, a insistencia de sus padres, ambos inmigrantes, quienes le decían que era lo único que le iban a dejar como legado, aunque sus calificaciones eran "del montón".
"Tuve una infancia y adolescencia sin privaciones, pero sin lujos, papá y mamá quisieron siempre darnos a mi hermana y a mí la mejor educación, querían darnos una formación que nos permitiera deambular por donde quisiéramos", contó Talvi.
En la política le fue mejor, aunque siempre detrás de bambalinas; ya que además de desempeñarse como asesor del presidente del Banco Central, Ramón Díaz (del Partido Nacional), en 2000, también aconsejó al fallecido exmandatario Jorge Batlle (2000-2005) durante la crisis de 2002, aunque había desestimado aceptar cargos en el Gobierno en ese tiempo, trabajó para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se convirtió en un reconocido economista en el ámbito nacional.
Su momento bajo las luces del escenario político llegó en junio de este año, cuando en las elecciones internas del Partido Colorado desplazó al expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), una figura histórica y referente del grupo para ganar la candidatura a la presidencia.
Aprovechando el desgaste del propio partido y de la izquierda uruguaya, que está en el poder desde 2005, Talvi apuntó a conquistar al electorado cansado de promesas y de ver los mismos rostros.
En tercer lugar
Talvi, quien se define como batllista, una corriente dentro del Partido Colorado inspirada en algunas de las ideas del expresidente José Batlle y Ordóñez a principios del siglo XX, ha aparecido en todas las encuestas en el tercer lugar detrás del candidato oficialista Daniel Martínez y el aspirante por el Partido Nacional (derecha), Luis Lacalle Pou.
Aunque su campaña no se ha basado en constantes ataques al oficialismo, sí puso en duda los números de desempleo y crecimiento económico que maneja el Gobierno y se refirió a los escenarios posibles después de la elección.
"No estamos acá por el poder (…) Nosotros vamos a estar trabajando por los cambios impostergables que el país precisa y para asegurarle gobernabilidad al país. Como parte de la coalición que reemplace a la que hoy nos gobierna o como oposición responsable a un FA sin mayorías parlamentarias", dijo el candidato recientemente en su cuenta de Twitter.
En una de las elecciones más disputadas de los últimos años, 2,69 millones de uruguayos están habilitados para votar.
En caso de que ninguno de los candidatos obtenga 50% más uno de los votos, se realizará una segunda vuelta el 24 de noviembre entre los dos postulantes más votados.