En Siria todos respetan la bandera de Rusia
Sorpresiva. Como espasmódica. Así han interpretado la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de retirar sus tropas de Siria, no sólo desde varios países de Occidente, sino también de sus opositores políticos en su país y hasta gente del seno de su propio partido, que han comenzado a hostigarle.
Como quien se duerme a mitad de una película que acaba de terminar, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el senador Chuck Schumer, líderes demócratas del Congreso de EEUU, anunciaron una resolución bipartita contra la retirada de tropas.
En un alarde de ignorar la realidad actual en el norte de Siria —especialmente en Manbij— donde EEUU abandonó sus bases que ahora ocupa el Ejército sirio, Schumer tuiteó: "El caos y la inseguridad desatados en Siria por la desastrosa decisión del presidente Trump de retirarse precipitadamente del norte de Siria requiere un liderazgo fuerte e inteligente del Congreso".
"Las bases norteamericanas se ganaban el respeto por su poderío militar y por los pocos escrúpulos del Ejército norteamericano a la hora de ejercer represalias", apunta el analista internacional Carlos Martínez.
Caos e inseguridad precisamente es lo que no hay y viene a constatar que su falta de información, pues la Policía Militar rusa patrulló por primera vez la ciudad de Manbij tras la retirada de las fuerzas norteamericanas. Es más, el oficial Safar Safarov precisó que los kurdos y los turcos cesan automáticamente los disparos al ver la bandera rusa.
Pero decidieron dar un paso más dentro del pantano los políticos demócratas. Acusaron al presidente Trump de "dar a Turquía luz verde para atacar a nuestros aliados kurdos" poniendo en peligro "innumerables vidas" con esta "insensata acción".
En este sentido, Martínez sentencia que "la locura y el caos no sólo está causado por Donald Trump, sino también por esta casta política de EEUU y Europa Occidental que no sabemos a qué juegan".
La realidad es que los kurdos están a salvo tras llegar a un acuerdo con el Gobierno sirio para desplegar las tropas sirias a lo largo de toda la frontera con Turquía para ayudar a rechazar el ataque del Ejército turco. Es más, el enviado ruso para Siria, Alexandr Lavréntiev, confirmó que Rusia fungió de mediador en estas negociaciones que tuvieron lugar en la base rusa de Hmeymim.
La medida de Trump, no obstante, no debió sorprender ya que fue largamente anunciada por el propio inquilino de la Casa Blanca, incluso cuando apenas era un neófito precandidato en su carrera hacia el número 1600 de la Avenida Pennsylvania de Washington DC.
Entonces, en menos de diez días —desde el pasado 7 de octubre— las últimas fichas del efecto dominó comenzaron a caer con un efecto de agua bendita para algunos de los intereses sirios y su integridad territorial, y como una gota china para quienes quieren preservar y continuar alimentando el polvorín en esa parte del mundo.
Martínez afirma que a diferencia del Ejército norteamericano, el Ejército ruso se ha ganado un papel como parte seria o socio fiable y como gente en la que se puede confiar.
"En resumen, [Rusia] respeta a todos los actores en la zona, incluido el régimen saudí del golfo. Todos respetan a Rusia y el papel que está jugando en esta crisis. Y eso es algo unánimemente reconocido hasta por sus clásicos enemigos", concluye Carlos Martínez.