Castellani no tiene dudas de que el Gobierno de Macri, que se inició en diciembre de 2015, estuvo integrado por la élite económica argentina. La socióloga, especializada en el comportamiento de las cúpulas empresariales y su relación con el Estado, aseguró que, al menos hasta el pasado 11 de agosto, el mandatario representó fielmente los intereses del empresariado.
"¿Si es un Gobierno integrado por las élites económicas? Yo creo que sí, porque está presidido por una persona que viene de ahí, que las conoce, que ha formado parte de ellas y, si bien ha participado en política desde 2005, ha trasladado su condición de clase al Gobierno nacional", apuntó.
Como parte de su producción académica, Castellani se ha dedicado a estudiar la presencia del empresariado en los altos cargos de la gestión macrista que dan una idea del perfil de su administración. "Ahí observamos que hay un tercio de funcionarios de las más altas líneas, como ministros y secretarios, que venían de haber ocupado altos cargos en el sector privado", puntualizó.
Castellani remarcó que igualar las gestiones públicas y privadas fue, precisamente, una de las claves de los malos resultados del Gobierno de Macri. "Tenés un tercio de funcionarios de alto nivel que nunca en su vida habían trabajado en el sector público, con toda la complejidad que tiene en este país", comentó.
La "ceguera" que llevó a la crisis
Según Castellani, la falta de experiencia en el sector público "le incorporó un problema adicional" al Gobierno de la alianza Cambiemos, que ya debió enfrentar las dificultades surgidas de intentar aplicar en Argentina "determinadas recetas que pueden ser aplicadas en otros países pero en Argentina ya era sabido que iban a traer malos resultados".
La previsibilidad de los resultados de la política económica macrista quedó en evidencia en una publicación de Castellani de 2015 en Twitter —antes de que asumiera Macri— que se volvió viral en los últimos días de agosto de 2019. Su tuit presentaba un cuadro explicativo de posibles medidas y consecuencias de la política macrista que, finalmente, se cumplieron.
"No es que uno sea mago o adivino. Es que Argentina había tenidos dos experiencias de apertura de la cuenta capital y liberalización de todo el sistema financiero, tanto en la dictadura (1976-1983) como en el período de la convertibilidad (1991-2002), y ambas experiencias habían terminado de manera desastrosa".
Castellani atribuyó la adopción de este tipo de medidas a la influencia que Macri tuvo de su tío materno Jorge Blanco Villegas, al que definió como "un liberal del sector agropecuario típico de mediados del siglo XX, muy ortodoxo defensor del libre mercado". Esa figura pesó más que el "pragmatismo" de Franco Macri, padre del presidente, quien podía llegar a apoyar políticas más industrialistas "si le convenían".
En ese contexto, la socióloga identificó "cierta ceguera de una parte de la élite económica" que no supo "quitarse el manual" a la hora de afrontar los problemas que se le presentaron al Gobierno. Asimismo, un sector importante de grandes empresarios argentinos aprovechó la oportunidad brindada por Macri.
Esos empresarios, volcados hacia el mercado de capitales, el mundo financiero y las empresas energéticas encontraron en el Gobierno de Macri "una ventana" para obtener más rentabilidad en entornos menos regulados.
En contrapartida, otros sectores más dirigidos hacia el mercado interno, e incluso algunos exportadores, comenzaron a verse perjudicados por políticas que, en palabras de Castellani, "configuraron un modelo de incentivos para la inversión financiera y no la inversión productiva".
11 de agosto: el día en que se acabó el amor
Todo cambió el 11 de agosto, cuando las elecciones conocidas como PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) mostraron un favoritismo claro hacia la candidatura de Alberto Fernández, líder del Frente de Todos, principal fuerza opositora al macrismo. Según Castellani, ese día comenzó a crecer entre los empresarios "la convicción de que Macri no va a ser reelecto".
A partir de allí, señaló la especialista, muchos integrantes de la élite económica "empezaron a girar para tender puentes con el supuesto próximo Gobierno". Castellani explicó que este cambio de rumbo obedece a otra de las características de las élites económicas: su necesidad de estar siempre cerca de los gobiernos.
"Hay que entender ese otro rasgo fundamental: las élites económicas necesitan vínculos con los gobiernos porque, en su accionar, el Estado puede beneficiarlos o perjudicarlos un montón", argumentó.
La experta puso como ejemplo a Marcos Galperín, gerente de Mercado Libre, la empresa argentina más valiosa en la actualidad: "Galperín es amigo personal del presidente y lo apoyó hasta el viernes anterior a la elección, pero después de las PASO ya buscó una reunión con el candidato del Frente de Todos, porque su empresa depende de si se la sigue considerando como de 'tecnología y software'. Si no tiene ese beneficio impositivo, o tiene una regulación distinta, su rentabilidad merma".
Ese tipo de empresarios, concluyó, "dependen mucho de las decisiones públicas" y buscarán mantenerse cercanos al Gobierno "por más que les duela en el alma que no pueda continuar otro ultraliberal".
