"Francia acaba de imponer un impuesto digital a nuestras grandes compañías estadounidenses de tecnología. Si alguien les cobra impuestos, debe ser su país de origen, EEUU. Anunciaremos una acción recíproca sustancial a la estupidez de Macron en breve. ¡Siempre he dicho que el vino americano es mejor que el vino francés!".
France just put a digital tax on our great American technology companies. If anybody taxes them, it should be their home Country, the USA. We will announce a substantial reciprocal action on Macron’s foolishness shortly. I’ve always said American wine is better than French wine!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 26 июля 2019 г.
De este tuit se desprenden dos cosas: que EEUU, y sólo EEUU, tiene derecho a asestarle mordiscos de esa naturaleza a empresas nacidas allí, aunque también estén asentadas en otros países. Y lo otro, que no tiene los mismos gustos que el exministro de francés de Transición Ecológica, François de Rugy.
Cuando la emprendió con su guerra comercial a bandazo arancelario limpio, Trump habría pensado que él y sólo él, tenía la potestad de someter a los demás países. Pero en este enfoque de bilateralidades, Francia no está dispuesta a ser la única que 'trague', y se muestra decidida a someter a empresas del país norteamericano a la recaudación impositiva pertinente.
Según el Dr. Armando Fernández Steinko, se trata de un debate que surgió en Londres en el siglo XIX y que tiene que ver con la tributación de las grandes corporaciones que tienen actividad productiva en varios países.
"Básicamente hay dos posiciones. Unos dicen que las grandes corporaciones tienen que pagar impuestos ahí donde tienen su sede, y otros dicen que tienen que pagarlos ahí donde desarrollan su actividad", indica el analista.
Fernández Steinko señala que desde el punto de vista de los países de procedencia de las multinacionales, por razones obvias es mucho más interesante el primer sistema. "Ellos tienen la central en propio territorio, y por tanto quieren que ese grupo tribute sobre todo en la cabeza donde está situada la gestión de esa gran multinacional".
"Sin embargo, el punto de vista de los países que reciben las inversiones de estos grupos, y que de alguna forma ponen su territorio, sus puestos de trabajo, es decir, la salud de sus trabajadores, su sistema institucional, su sistema administrativo que sufre un desgaste con cualquier actividad productiva independientemente de donde esté domiciliada, tienen interés en que allí donde se genere la riqueza, es decir, en su país, también se paguen impuestos", explica.
España y la 'tasa Google'
Mientras, el pasado 16 de julio, tras la inauguración del foro DigitalES Summit 2019, la ministra en funciones de Economía de España, Nadia Calviño, avisó que el Gobierno aprobaría una 'Tasa Google', de forma unilateral, más allá de que la UE la implantara a nivel comunitario.
Al día siguiente, el 18 de julio, el Gobierno de España postuló a Calviño como candidata a suceder a Christine Lagarde como presidenta del FMI. Un día después, el PSOE retiró la tasa Google de su programa de Gobierno.
En este sentido, el analista incide en que como los países europeos no se unen ni se ponen de acuerdo, EEUU consigue el objetivo de dividirlos: "Si ven que no se sienten suficientemente fuertes como para afrontar este impuesto o esa relación desigual con EEUU como para imponer este impuesto por miedo a represalias, pues pueden ceder".
"Parece ser que España ha negociado una serie de cosas, los nuevos cargos, que son todos negociados. Por eso es tan importante que un país como Francia tome la iniciativa, que no va a venir de los pequeños países", sentencia el Dr, Armando Fernández Steinko.