El sistema de restricciones chino es mejor conocido como el Gran Cortafuegos chino, del inglés 'Great Chinese Firewall', que es una referencia a la Gran Muralla china, una estructura que durante siglos sirvió como un escudo impenetrable que protegía al gigante asiático de las invasiones.
Esta es la razón por la que centenares de millones de chinos no tienen acceso a los servicios —en la mayoría absoluta son estadounidenses— tan populares en el resto del mundo como, por ejemplo, Twitter, YouTube y Facebook.
Como resultado, hoy en día en China existe un sistema desarrollado de censura que se amplía a cada año.
En los albores de la nueva era
El surgimiento del internet chino se remonta a los finales de los 1980 cuando fueron enviados los primeros correos electrónicos desde China a Europa y América del Norte.
Desde el principio, el Estado empezó a tratar de regular su funcionamiento. En 1996, el Gobierno proclamó que solo él tenía el derecho de vigilar el desarrollo y el funcionamiento de internet en el país. El Gobierno temía que ciertas acciones de los usuarios de la red pudieran representar un peligro para la seguridad nacional.
Los temores estaban vinculados con el rápido crecimiento de la cantidad de internautas en China. El número de usuarios se disparó y en 1997 se cifraba en 620.000 personas.
Este número parece minúsculo en comparación con lo que China tiene hoy: más de 800 millones de usuarios. Se trata de más de la mitad de la población —que se cifra en 1.400 millones— y la cantidad de internautas crece exponencialmente.
Otra razón que preocupaba era el posible uso de internet con fines políticos. El Partido Comunista chino tenía miedo que la oposición pudiera usar la red para difundir sus ideas y por eso empezó estudios con tal de descubrir las maneras de ejercer el control total sobre internet.
El resultado del proceso lanzado por el Gobierno chino fue el surgimiento del proyecto Escudo Dorado, que luego fue apodado por los periodistas estadounidenses 'The Great Chinese Firewall'.
El Gobierno justificó la creación del proyecto con la necesidad de combatir el crimen. La inspiración para el Escudo Dorado fue OPTera, una red creada en la ciudad de Shanghái que permitió al Ministerio de la Seguridad Pública de China vigilar las actividades de los internautas.
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El experimento con el uso de OPTera resultó ser exitoso, por lo cual las autoridades dieron inicio al proyecto del sistema de control en la red. Si bien inicialmente estaba previsto que habría un sistema de vigilancia de pleno derecho, al final se decidió introducir un sistema de filtración del contenido entrante.
El segundo documento proclamó que los proveedores serían responsables de la difusión de dichos materiales y los obligó a guardar el historial de los sitios visitados por los usuarios. Si el proveedor encontraba cualquier información prohibida, tenía que restringir el acceso a ella e informar la policía local sobre el hecho.
En China se crearon las unidades de Policía de internet para finales de 2000. En aquella época se cifraban en 300.000 personas.
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El proyecto Escudo Dorado fue aprobado por el Consejo de Estado chino a principios de 2001 y fue incluido en la lista de los proyectos de mayor envergadura para el país. El sistema empezó a funcionar en septiembre de 2003.
La obra maestra del gigante asiático
El Escudo Dorado funciona sobre la base de varias tecnologías como el bloqueo y la filtración de la dirección IP, el bloqueo por el sistema de nombres de dominio (DNS) y el escaneo de los sitios web en busca de palabras clave prohibidas.
Una de las peculiaridades del funcionamiento del Escudo Dorado es el control sobre las conexiones troncales en la frontera entre China y otros países. El control está asegurado por el funcionamiento de varios cables de fibra óptica que pasan por tres nodos principales: Pekín-Qingdao-Tianjin, Shanghái y Cantón.
Cada uno de ellos tiene instalados sistemas 'sniffers' —analizadores de paquetes— y servidores proxy que rastrean y luego duplican cada paquete de datos que entra y sale del país.
La información duplicada es analizada por los servidores del Escudo Dorado en busca de palabras clave en los idiomas inglés. También comprueba si el sitio web está en la lista de los prohibidos. En caso de considerarlo necesario, el sistema finaliza la conexión.
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Xudor Nukari Luna, de origen mexicano, vivió en la República Popular China en 2009, en la ciudad de Shanghái. Recuerda que en aquellos tiempos el sistema todavía tenía ciertos defectos por lo cual era posible acceder a algunos sitios web prohibidos.
"China es otro mundo, con otras reglas. Lo que pasa es que en China existe mucho control sobre internet. Cuando llegué al país no sentía el control, pero después de unos meses llegó el famosísimo Great Firewall", recordó.
Cuando el Gran Cortafuegos fue arreglado, ya no se pudieron abrir páginas de YouTube ni de otros sitios web que antes estaban disponibles.
Según Luna, el Gobierno chino hizo cambios radicales y privó a muchos usuarios de la posibilidad de acceder a sitios web restringidos. Luego, fue introducido un nuevo requisito para el uso de internet: presentar el pasaporte. Esta regla sigue vigente hasta hoy.
En la actualidad, una de las tecnologías más populares que permite esquivar cualquier bloqueo en internet es usar una red privada virtual (VPN). Si bien en China no hay ninguna ley que castigue a los individuos por el uso de los VPN basados en el extranjero, hay que tener cuidado.
Hay que aclarar que es poco probable que arresten o sentencien a alguien solo porque usó un VPN. Las autoridades pueden aplicar medidas restrictivas siempre y cuando se trate del uso de la red con tal de difundir mensajes políticos que puedan hacer daño al Gobierno chino.
En cuanto a los temores vinculados con la nueva ley rusa, hay una gran diferencia entre los casos chino y ruso. China casi desde el principio ejerció el control total sobre su segmento de la red, mientras Rusia con su nueva legislación simplemente busca el funcionamiento sostenible de internet.
En China todo es diferente. El Estado conoce cada paso de sus ciudadanos, sabe todo de sus gustos y sus secretos, lo que hace prácticamente imposible esconder algo del 'ojo omnipresente'.