"Esperamos que la influencia de la crisis política y económica en Venezuela que causó una reducción significante de la producción petrolera, hasta un nivel demasiado bajo para sus enormes reservas, será irrelevante para los precios de petróleo en el mercado global actual debido a una gran oferta en el mercado", dijo.
Sin embargo, Yihad destacó que "la continua crisis económica y política en Venezuela (…) es una fuente de preocupación para todos, tanto para la OPEP, que la integra (Venezuela), como para el mercado petrolero global".
La crisis en Venezuela se agravó el 23 de enero, después de que el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora) de Venezuela, Juan Guaidó, se juramentara como "presidente encargado" del país.
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El jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración de Guaidó como un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
A finales de 2016, la OPEP y, en aquel momento, 11 productores independientes —Azerbaiyán, Bahréin, Brunéi, Guinea Ecuatorial (miembro del cartel desde mayo de 2017), Kazajistán, Malasia, México, Omán, Rusia, Sudán y Sudán del Sur— acordaron revisar a la baja sus volúmenes de producción para estabilizar los precios del hidrocarburo.
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El acuerdo fue prolongado en varias ocasiones; la última extensión, que prevé rebajar el bombeo en unos 1,2 millones de barriles diarios por seis meses a partir de este mes de enero en relación con el nivel de octubre de 2018, se pactó en diciembre pasado.