La cárcel de Durazno (oficialmente Unidad de Internación de Personas Privadas de Libertad N°18) es una de las de tamaño mediano en el país, allí hay 113 hombres y mujeres distribuidas en seguridad media y mínima. De ellas, 108 están trabajando o estudiando, aseguró a Sputnik el cabo Jesús Gérez, director de la cárcel.
Es una de las 15 prisiones (de las 29 que hay en Uruguay) que la oficina del comisionado parlamentario penitenciario marcó con un punto verde en su informe anual (2017- agosto 2018). El verde significa que hay "buenas oportunidades de integración y rehabilitación".
Según se describe en el informe del comisionado parlamentario, allí hay espacios abiertos, deportivos y productivos, y un sector femenino ubicado en una pequeña casa con autonomía y buenas instalaciones. "Es notorio en la unidad un buen clima de convivencia y una importante presencia de los directores con conocimiento de los internos y sus necesidades", se agrega.

Rúa considera que su crecimiento interior también está relacionado con la experiencia de trabajo en el taller literario.
"Cosas que te hagan volar la mente siempre ayudan […] para mí el taller fue buenísimo, la necesidad que tenemos las personas, y más las que estamos en este contexto, de hablar con alguien, y lo que es el trato de todos los días, por más que hay operadores [penitenciarios], gente que está todo bien, la vorágine del día no te permite hablar ciertas cosas que en el taller sí", contó.
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Según contó Rúa, la dinámica del taller se basó en la escucha y en el aprendizaje de características generales y reglas de la prosa poética.
"Siempre tuvimos un oído", dijo Rúa. "Siempre tenés una persona que vos sabés que te está escuchando, por más que no te diga nada, es de las cosas más lindas, porque no estás solo", agregó.
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El libro Miradas de luna blanda fue presentado en la Feria del Libro y las Artes que organiza la Intendencia de Durazno, en noviembre de 2018.