Al intentar derribar la aeronave incursora el piloto soviético Guenadi Eliséyev se vio obligado a embestir al caza de fabricación estadounidense a una velocidad de Mach 1.4 con tal de pararla a toda costa.
Proyecto Gen Oscuro
Cabe señalar que las relaciones entre Irán y EEUU a principios de los años 70 eran muy diferentes de lo que son hoy porque Washington y Teherán estrecharon sus lazos después del golpe de Estado del 1953.
El objetivo de este proyecto fue desvelar los puntos débiles de las defensas aéreas soviéticas con tal de determinar sus capacidades en caso de una potencial invasión.
Por su parte, el complicado contorno de la frontera entre la URSS e Irán contribuía a esta misión, puesto que los aviones de reconocimiento podían recolectar información sin ser derribados.
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El Phantom embestido por el piloto soviético a bordo de un MiG-21 realizaba una misión en el marco del Proyecto Gen Oscuro el día que lo interceptaron.
Los protagonistas del encuentro
El avión incursor fue una versión de reconocimiento del famoso caza estadounidense RF-4C de las Fuerzas Aéreas de Irán. Esta aeronave estaba dotada con múltiples cámaras y dispositivos usados para recolectar información al sobrevolar el territorio enemigo. Aparte de ello, también estaba armado con cuatro misiles aire-aire.
Para interceptarlo despegó un MiG-21SM de las Fuerzas Aéreas de la URSS pilotado por el capitán Guenadi Eliséyev.
Derribar a toda costa
El MiG alcanzó al incursor que ya estaba acercándose a la frontera entre la URSS e Irán. En estos instantes el RF-4C estaba volando a una velocidad supersónica de Mach 1.4.
Si se tratase de un avión de transporte, el piloto soviético tendría que obligarlo a aterrizar. No obstante, en el caso de aviones de combate las instrucciones eran bien claras: abrir fuego a matar.
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Por esta razón Eliséyev lanzó los dos misiles que portaba su MiG-21SM que fueron esquivados por el caza iraní. Al recibir la orden de derribar al enemigo a toda costa el piloto ruso tomó la decisión de embestir contra el RF-4C.
Su plan inicial fue golpear al avión espía ligeramente en la parte trasera para dañar sus estabilizadores. No obstante, el MiG-21SM embistió a toda marcha contra el caza de fabricación estadounidense.
Unas dos semanas más tarde fueron devueltos a Irán a cambio de los datos que contenía el satélite soviético que cayó poco antes sobre el territorio del país persa.
Curiosamente, el piloto iraní Shokuhnia fue derribado por otro MiG mientras estaba pilotando un F-4 Phantom durante la guerra entre Irán e Irak en 1982.
Hasta el momento se desconoce por qué el piloto soviético no uso el cañón de su MiG-21 para derribar al incursor. Según una de las versiones sobre lo ocurrido, el arma quedó acuñada después de la primera salva.
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