"Quiero dirigirme directamente al pueblo evangélico en este momento tan decisivo de la vida de nuestro Brasil (…) para estar en el segundo turno tuve que vencer una agresiva campaña basada en mentiras, prejuicios y especulaciones masivamente difundidas por Whatsapp y otras redes sociales contra mí y contra mi familia", arranca la misiva.
En la carta, Haddad afirma que sus predecesores, los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) y Dilma Rousseff (2011-2016), ya sufrieron la misma campaña de difamación, y recuerda que en sus gobiernos se preservó el Estado laico sin discriminar a ninguna religión.
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Además, subraya que algunas de las supuestas propuestas que se usan para desgastar al PT desde 1989, como la legalización del aborto, la tasación de los templos o el "kit gay", "nunca se hicieron realidad en tantos años de Gobierno" ni están en su programa electoral.
Haddad también alude en la carta a su trabajo como ministro de Educación y alcalde de São Paulo, y da bastantes detalles de su vida personal para convencer a los votantes más religiosos de que es una persona fiable.
"Soy cristiano, pertenezco a una familia religiosa desde mi abuelo, que trajo su fe del Líbano cuando migró a Brasil para construir una vida mejor para su familia, estoy casado desde hace 30 años con la misma mujer, Ana Estela, mi compañera de viaje, que crió conmigo dos hijos, en los valores que aprendimos con nuestros padres", asegura.
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En los últimos días, Haddad está intentando compensar ese apoyo del electorado más religioso; recientemente se reunió con obispos católicos y este miércoles mantuvo una reunión con pastores evangélicos de tendencia progresista.
La campaña del PT intenta destacar que los valores que la defensa de Bolsonaro de la tortura y de la violencia para eliminar al enemigo son incompatibles con las enseñanzas de Jesucristo.