Hasta hace poco, nadie hubiera podido imaginar que el escenario político de Brasil llegaría a la situación actual: un expresidente recluido tras una polémica condena por corrupción, el declive de los partidos tradicionales del país y el estrepitoso auge de Jair Bolsonaro, un candidato ultraconservador, conocido por su exaltación de la violencia y su hostilidad hacia las minorías.
Según explicó a Sputnik el analista político brasileño Danilo Silvestre, "durante muchos años Bolsonaro ha tenido —y continúa teniendo— un discurso de odio y violencia", por ejemplo al afirmar que "un criminal bueno es un criminal muerto" o al estigmatizar a los beneficiarios del programa de asignaciones sociales Bolsa Familia como "vagabundos".
También al recordar con nostalgia el régimen militar que gobernó al país de 1964 a 1985, cuando en 2016 dedicó su voto en el juicio político de Dilma Rousseff a uno de los torturadores de la expresidenta. Similares en su tenor han sido las declaraciones sobre los homosexuales, las mujeres o los afrodescendientes.
O voto é a arma da democracia (olha o nível do eleitorado do Bolsonaro). pic.twitter.com/NjBQddE6RX
— Ele? Não! (@fiilliippe) 7 de octubre de 2018
Y ahora, hay quienes se han hecho eco de la violencia. En las redes sociales, algunos seguidores de Bolsonaro se tomaron fotos votando con armas de fuego. Una de las imágenes que se viralizó fue la de un votante digitando el 17 —el código electoral del candidato— con el caño de una pistola. Aunque las investigaciones demostraron que en ese caso particular se trataba de un revólver de juguete, fueron consideradas una incitación a la violencia.
En Bahía, un maestro de capoeira fue asesinado a cuchillazos por haber votado a Fernando Haddad. El hombre de 63 años, afrodescendiente, se había manifestado en contra del candidato ultraconservador, hecho que le valió la muerte.
Algunos días antes, dos candidatos del Partido Social Liberal, encabezado por Bolsonaro, se tomaron fotos tras vandalizar la placa de una calle en honor a Marielle Franco, la concejal de izquierda de Río de Janeiro asesinada en marzo de 2018, presuntamente por su activismo en las favelas, contra la militarización de la seguridad pública, a favor de las minorías sexuales y de las poblaciones afro.
Ataviados con camisetas con la cara del militar presidenciable, los hombres festejaban con el cartel vial roto. Las balas que mataron a Franco provenían de armas de la Policía, pero la investigación no ha avanzado y no se han delimitado las responsabilidades, aunque investigaciones periodísticas apuntan al poder político y a diputados del MDB, el partido del presidente Michel Temer.
Três idiotas aparecem em foto quebrando placa que homenageava Marielle Franco no Rio de Janeiro. Um deles com camiseta que estampa o rosto do único candidato que não lamentou a execução da vereadora. pic.twitter.com/q59tqnSiN6
— Guilherme Boulos (@GuilhermeBoulos) 3 de octubre de 2018
La hermana de Marielle, Anielle Franco, aseguró en redes sociales que, sin llevar ningún distintivo político partidario, ella y su hija pequeña sufrieron agresiones e insultos de hombres que reivindicaban la figura de Bolsonaro.
Más al sur, en Curitiba, un estudiante de la Universidad Federal de Paraná (UFPR) llevaba un gorro del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), vinculado a la izquierda. El joven recibió una paliza de un grupo de 15 barras bravas, que gritaban "Aquí estamos con Bolsonaro". También rompieron vidrios y vandalizaron las instalaciones del centro de estudios.
Y en Porto Alegre, una chica de 19 años que llevaba una camiseta del movimiento #EleNão fue atacada por tres hombres, que con un cuchillo le marcaron la piel del vientre con lo que parece ser una cruz esvástica, símbolo del nazismo.
Delegado da Civil fala ao vivo na rádio Gaúcha que o símbolo riscado no corpo da guria não é uma suástica nazista, mas sim um símbolo budista. Bah, na boa, vocês defendem esse tipo de gente como? A banda podre da polícia tá botando as garrinhas pra fora e apoiando o Bolsonaro. pic.twitter.com/v4XoIXdM3w
— Maikon Kremer (@maikonkremer) 10 de octubre de 2018
Según dijo a los medios locales Paulo Jardim, un comisario de esa ciudad especialista en investigación de casos de neonazismo, no se trata de una esvástica por la manera en la que está dibujada, sino de un símbolo budista de "paz y amor". Pero muchas personas, incluida la defensa legal de la chica, han criticado tales declaraciones por considerarlas apresuradas. El hecho está en investigación.
Más información: Oxfam: el discurso de Bolsonaro difiere de lo que defiende la organización
Para el analista Danilo Silvestre, por más de que el excapitán intente deslindarse de la responsabilidad, ha favorecido las condiciones para que este tipo de agresiones proliferen, de momento que sus palabras "garantizan la legitimidad política" para que sus autores las cometan.
"Si Bolsonaro logra la victoria en estas elecciones, la situación puede empeorar. Creo que sí tiene una responsabilidad política y no objetiva. Es una responsabilidad política porque su campaña es belicosa y defiende la extinción de sus adversarios", valoró el analista.