Migración: ¿arma política en España?
No hace falta salir de África para entrar en Europa. Y quien lo dude, que le pregunte a España, cuya ciudad africana de Ceuta es una de las puertas de entrada al viejo continente que tienen los migrantes, que sorprendieron con un salto masivo y madrugador la semana pasada.
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Los datos apuntan un poco más arriba que esas vallas: en lo que va del año, alrededor de 20.000 personas arribaron a Europa vía España, ya sea por tierra o por mar, de las cuales sólo en julio arribaron 10.000.
Pero el tema migratorio había empezado a arder en junio del otro lado de la costa mediterránea española, cuando el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, declaró el cierre de todos los puertos del país a todas las embarcaciones que llegaran desde el norte de África con aspirantes a inmigrantes.
El reguero de pólvora que prendió fuego el alto cargo italiano está dejando a Europa hecha un páramo, y se erige casi a imagen y semejanza de la que promueve del otro lado del Atlántico, Donald Trump, el inquilino de la Casa Blanca, donde esta semana la visita del primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, conoció otro capítulo de la cruzada anti inmigrante.
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Tras un pico de casi 40.000 arribos en 2006 a las costas españolas, y luego de casi una década de caída en su volumen, volvieron a remontar el año pasado hasta poco más de 22.000, y en julio de este 2018 ya rozaron los 20.000, a falta de cinco meses para acabar el año.
"En realidad, si nos fijamos en lo que es el fenómeno de la inmigración reciente en Europa, lo que está sucediendo en el Mediterráneo [la llegada de migrantes] son números muy pequeños, casi simbólicos, con respecto a lo que es el fenómeno en sí mismo", reflexiona Zelaia.
Hace años, el fallecido expresidente de Libia Muamar Gadafi pronunció unas palabras que podrían ser interpretadas como premonitorias:
"Si me quieren oprimir y desestabilizar, lo que harán será provocar el caos y apoyar a Bin Laden, y ayudarán a los grupos armados de los rebeldes. Pasará lo siguiente. Serán engullidos por una ola migratoria proveniente de África que estallará de Libia hacia Europa. Y nadie quedará aquí que pueda contenerlos".
En este sentido, opinión del analista, la situación migratoria en esa parte del mundo "necesita un reconocimiento por parte de las autoridades europeas de lo que ha sucedido en el norte de África en los países árabes, en general en el mundo musulmán, y en qué medida Europa tiene que asumir una responsabilidad histórica por la destrucción continuada de estos países. Probablemente quizás los más llamativos, Libia y Siria, pero también Afganistán, etc., y una responsabilidad histórica en la que Europa debe ser consciente […] y poner en marcha una especie de plan Marshall de reindustrialización y reanimación económica de estos países", incide Adrián Zelaia.
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