SpaceX efectuó el 11 de mayo el primer lanzamiento de la modificación más avanzada de su cohete-portador Falcon 9, el Block 5, colocando en órbita un satélite de comunicaciones de Bangladés.
Además, el Block 5 de Falcon 9 cumple con los requisitos de la NASA para los vuelos tripulados.
Eso quiere decir que una vez creada la nave espacial de SpaceX, la agencia estadounidense tendrá la opción de prescindir de los vuelos tripulados en la veterana nave espacial rusa Soyuz en favor de una nave nacional, la primera creada en décadas en el país norteamericano.
Todo esto, junto con los éxitos de otras empresas espaciales privadas y los avances de los actores gubernamentales, es una señal más que clara para la industria espacial rusa: llegó la hora de transformarse. Varias estructuras de Roscosmos ya actúan para responder a este desafío.
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Los Protón se hacen más ligeros y baratos
El Centro Jrúnichev, fabricante del cohete portador pesado ruso Protón-M, está en las fases finales de la modificación 'mediana' de su emblemático vehículo.
En 2016, el fabricante ruso reconoció la irreversibilidad de la tendencia e inició el desarrollo del Protón Medium, capaz de llevar 3.6 toneladas de carga útil a la baja órbita terrestre.
El primer vuelo comercial del nuevo Protón se espera en 2019.
Un lanzamiento del Protón-M clásico cuesta un poco más que el del Falcon 9: 65 millones de dólares vs. unos 62 millones, así que la versión aligerada del cohete ruso puede tener un precio muy atractivo.
El Centro Jrúnichev realiza la modificación por su propia cuenta y con sus propios fondos.
El Angara quiere ser reutilizable
El Angara, el proyecto de una familia de cohetes portadores modernos diseñados sobre la base de los módulos de lanzamiento universales, sufrió varias demoras en su desarrollo. Sin embargo, logró producir vehículos de diferente tamaño que ya han iniciado pruebas de vuelo.
Ahora, la versión más ligera del cohete, el modelo Angara-1.2, lanzado por primera vez en 2014, podría ser reutilizable.
A diferencia de los Falcon 9, que aterrizan verticalmente usando su motor principal, para el Angara-1.2 se estudia el uso de alas plegables y el aterrizaje al estilo de los aviones en los aeródromos.
Como se trata de módulos universales, en caso de éxito del proyecto también se podrían recuperar las primeras etapas de la versión mediana A3 y pesada A5 (lanzada por primera vez en 2014).
Las primeras investigaciones de este tipo se realizaron en Rusia en la primera mitad de los años 2000 y también entre 2011 y 2013 sin producir prototipos, pero desde el Centro Jrúnichev aseguran que la idea está vigente y pronto será presentada a las entidades gubernamentales rusas.
El Soyuz-5, el futuro 'caballo' espacial ruso
La corporación espacial rusa Energia, creada por el fundador de la cosmonáutica moderna rusa, Serguéi Koroliov, retomó la creación de cohetes portadores.
El precio asequible es una de las prioridades del proyecto, sobre todo porque esta iniciativa ya goza del apoyo y participación de un socio privado: la empresa espacial rusa S7 Space.
Esta compañía, que es a su vez la nueva propietaria del único cosmódromo marítimo, el Sea Launch, apuesta por los Soyuz-5 para reavivar la singular instalación y competir con SpaceX por el mercado de lanzamientos comerciales.
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En este sentido, Energia y S7 debaten entre repetir el modelo de los Falcon o tratar otras opciones.
Por ejemplo, se estipula el uso de paracaídas para recuperar la primera etapa entera o solo sus motores, que son la parte más valiosa del vehículo. Esta última opción es preferible, ya que el fabricante se ha rehusado a sacrificar la carga útil máxima para acomodar el combustible necesario para un aterrizaje vertical.
El misterioso Korona que puede cambiarlo todo
El fabricante de los misiles nucleares intercontinentales Sarmat, el Centro Estatal de Cohetes Makéev, relanzó recientemente el peculiar proyecto del cohete portador de única etapa Korona.
Tras despegar y colocar su carga útil en la órbita, el aparato entero regresará a la Tierra, aterrizará verticalmente y tras unas obras de reabastecimiento, estará listo al día siguiente para una nueva misión.
El proyecto opta por usar materiales compuestos altamente resistentes para hacer al cohete más ligero, pero capaz de superar la reentrada en la atmósfera.
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El diseño preliminar prevé hasta 25 lanzamientos por cada aparato, ciertas partes podrían ser instaladas en otras naves y volar hasta un centenar de veces.
Desde el Centro Makéev aseguran haber estudiado las ventajas económicas del proyecto y establecer un horario para el desarrollo y los ensayos.
Es un proyecto inesperado por parte de un fabricante de misiles nucleares, pero quizá esta experiencia única ofrezca una visión no ortodoxa de cómo construir cohetes espaciales reutilizables.
…y algo más
Así, la nueva carrera especial de los cohetes superpesados, formalmente inaugurada por la resurrección del sistema SLS de la NASA y el lanzamiento del Falcon Heavy de SpaceX, obliga a Rusia a 'refrescar' sus competencias en la creación de vehículos espaciales enormes.
La corporación espacial Energia ya recibió el pedido estatal para diseñar un cohete superpesado ruso. Y como si fuera poco, el consorcio armamentista ruso Kalashnikov acaba de adquirir la oficina de diseño responsable de los grandiosos Burán soviéticos con el fin de competir en el ámbito espacial.