“Lo que se pretende con los 33 países es lograr acuerdos y compromisos políticos y definir una agenda sobre qué vamos a hacer como región y cómo los va a apoyar la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) para superar el alza del hambre y la malnutrición, transformar la agricultura para que sea sostenible y resiliente y lograr un futuro sin pobreza rural”, dijo Plata.
Entre 2015 y 2016 la cantidad de personas que sufren hambre creció en 2,4 millones para llegar a 42,5 millones de latinoamericanos y caribeños.
Los países en los que más se agravó el problema son Venezuela, Ecuador, Argentina, El Salvador, Granada y Perú, informa la FAO en su informe 2017 sobre el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe.
Se revierte tendencia
Pero la situación cambió entre 2015 y 2016 “debido a problemas que han aparecido en algunos pocos países (lo) que provocó el aumento de la población con hambre”, añadió.
Para superar este drama es necesaria una “decisión política, no es un tema de producción de alimentos”, advirtió el experto.
Obesidad, la contracara
A eso se suma la malnutrición, “que ha aparecido en las últimas décadas; en Uruguay tenemos ese problema en forma muy importante (pues) más del 60% de los adultos tienen obesidad y eso afecta nuestra calidad de vida, afecta la salud en la parte motora, en la diabetes y la presión”, observó.
En Barbados, Uruguay, Chile, Cuba y Argentina las muertes por obesidad superan entre 10 y 19 veces las de la violencia criminal, sostuvo el director regional de la FAO, Julio Berdegué, en una columna publicada en el diario uruguayo El País.
Mientras, en Guatemala, El Salvador, Venezuela, Colombia, Belice y Brasil, las muertes por obesidad superan en proporciones que van desde 4% a 86% a los fallecimientos por homicidios.
Escucha: ¿Qué temas se debatirán en la Conferencia Regional de la FAO en Jamaica?
A diferencia del hambre, para superar la obesidad se necesitan más que políticas públicas, pues también es preciso cambiar las pautas culturales de la decisión de consumo de alimentos, indicó Plata.
Producir sin pasarse de la raya
“América Latina y el Caribe han aumentado en forma muy importante la producción de alimentos, de hecho es una de las regiones que provee de alimentos al resto del mundo, pero algunas veces lo ha hecho sin respetar sus recursos naturales”, observó.
El representante de la FAO agregó que América Latina y el Caribe tienen que buscar la forma de producir más alimentos, ya que dependen de su exportación para su desarrollo, sin comprometer los recursos naturales y además teniendo la capacidad de adaptarse al cambio climático, lo cual “es complejo y no hay recetas”, reconoció.
En el caso de Uruguay, se trata de conservar los recursos naturales y de desarrollar una producción que sea resiliente, es decir que se pueda reponer de una época mala para la agricultura por el clima.
Para eso “el país está participando activamente en los espacios internacionales que da la FAO”, indicó.
Pobreza rural
Otro aspecto relevante en la lucha contra el hambre se refiere a la situación social de las zonas agrícolas.
Más del 40% de los habitantes de zonas rurales son pobres en América Latina, y más del 20% no pueden ni siquiera comprar una canasta alimentaria básica, según datos de la FAO.
Plata observó que Uruguay ha avanzado mucho en combatir la pobreza rural, por ejemplo, a través de la educación y la ley de compras públicas a la agricultura familiar, pero aún le falta.
Para superar la pobreza rural es necesario lograr una conciencia agropecuaria, esto es “que la gente que vive en la ciudad comprenda las prácticas agropecuarias, cómo incide el clima, porque todo el país vive de eso, aunque no lo sientan directamente”, explicó.
Escucha: "El modelo neoliberal no ha resuelto la brecha entre pobres y ricos"
Plata dijo que el Ministerio de Ganadería de Uruguay ha pedido apoyo a la FAO para trabajar en este aspecto.
En la Conferencia Regional de la FAO, que culminará el próximo jueves 8 en Jamaica, Uruguay planteará la necesidad de instrumentar en los países una concientización agropecuaria.