"El hambre está aumentado en América Latina y el Caribe por primera vez en la última generación; esto es inaceptable y todos los latinoamericanos y caribeños deberíamos sentirnos personalmente ofendidos por este retroceso", dijo el representante regional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), Julio Berdegué, en un comunicado.
El trabajo de la FAO destaca, no obstante, que América Latina registró una importante reducción de la desnutrición crónica infantil, que cayó de 15,7 por ciento en 2005 a 11 por ciento en 2016.
"Este importante progreso se observó en todas las subregiones en el mismo periodo: en Centroamérica bajó de 21,9% a 15,4; en Sudamérica cayó de 13,5% al 9,5%; mientras que en el Caribe disminuyó de 8,6% a 5,3%", detalla el comunicado.
Berdegué señaló que "esta es una estupenda señal en medio del panorama general negativo".
"Es muy probable que algunas políticas públicas dirigidas a la infancia expliquen este buen resultado; me refiero, por ejemplo, a los programas de alimentación escolar y a la expansión en muchos países de la cobertura de los sistemas de cuidado de las niñas y los niños de menor edad", afirmó el experto.
El informe de la FAO señala que la prevalencia de la subalimentación en el ámbito mundial aumentó hasta 11% en 2016, lo que significa que 815 millones de personas sufren hambre en el planeta.
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Ese aumento se observó en la mayor parte de las regiones del mundo, pero los principales retrocesos se dieron en partes de África y Asia, observa la FAO.