El gigante gasístico ruso Gazprom anunció la entrega récord de gas natural a sus socios en Europa y a Turquía: 193.900 millones de metros cúbicos, un 8% más que la marca anterior, del año 2016.
Dentro de Europa, los que más gas ruso consumen son Alemania y Austria, y también Francia aumentó sus compras en un 6,8%, según Gazprom. En total, la empresa rusa asegura un tercio de las necesidades europeas del combustible azul.
Esta tendencia va en contra de los planes de Bruselas. El auge del gas natural licuado y la crisis en las relaciones con Moscú causada por el conflicto ucraniano, inspiraron a la UE a buscar proveedores alternativos, pero esos esfuerzos parecen haber sido en vano, apunta Euractiv.
No obstante, Bruselas se mantiene en contra del aumento de la presencia rusa en su mercado energético, oponiéndose a los proyectos de los gasoductos rusos Turk Stream y Nord Stream 2, impulsados por Gazprom para responder a la creciente demanda.
"Es una esquizofrenia dividir la diplomacia y el mercado en Europa, pues el mercado elige el gas más barato en su producción y traslado al continente, que es el ruso", comentó Thierry Bros, un investigador del Oxford Institute for Energy Studies.
Mientras tanto, cualquier iniciativa de la Unión Europea para encontrar otros proveedores —o desarrollar nuevas fuentes— se enfrenta con una cuestión muy simple:
"Diversificar conlleva gastos adicionales: ¿quién asumirá esos gastos?", pregunta Bros.