Hatzius señala que el dólar "lo pasará relativamente mal" frente al resto de principales divisas y, probablemente, contra las economías emergentes "hasta un punto considerable". Si bien ese aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal debería darle un empujón al billete verde, el economista advierte de que el mundo se encuentra en estos momentos "en una economía sincronizada y global en alza" en la que el resto de bancos centrales también apuestan por forzar sus tipos de interés todo lo que pueden, lo que contribuye a que Estados Unidos no destaque tanto frente al resto.
"En un ambiente de este estilo resulta difícil ver que la apreciación del dólar destaque, por lo que se tiende a que las perspectivas sean más prudentes", señala.
Estos factores hacen que siga siendo inútil esperar que el dólar se recupere y sugieren que sobre EEUU seguirá planeando la misma incertidumbre.
Ya en 2017, el dólar estadounidense perdió el 10% de su valor frente al euro a pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal y de la bajada de impuestos de la Administración Trump. Jane Foley, experta en mercado de divisas y jefa de estrategia del Rabobank, coincide en que son otras economías las que se están llevando la mayor parte del pastel. En concreto, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, que empezarán ya a reducir las medidas para estimular sus economías a finales de 2018.
"La zona euro goza de un enorme superávit que ha ayudado a su moneda a convertirse en un refugio seguro [para los inversores]", explica Foley a la CNBC.
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