Ahora su base electoral está contenta
"Es un llamamiento a su base cristiana evangélica, pura y simplemente", dice a Deutsche Welle Indyk, ahora vicepresidente ejecutivo del instituto estadounidense de investigación Brookings.
Su opinión la comparte Steven Spiegel, director del Centro para el Desarrollo de Oriente Medio de la Universidad de California, en Los Ángeles, para quien el movimiento de Trump tiene como objetivo complacer a sus votantes cristianos y judíos conservadores.
La manía de ponerlo todo patas arriba
Spiegel, sin embargo, señala que la razón detrás de la decisión de Trump no es política: el presidente estadounidense tiende a ponerlo todo patas arriba.
Tanto Spiegel como Indyk se muestran contrarios a la decisión de Trump, especialmente porque es probable que acabe por socavar los esfuerzos que su Gobierno ha depositado en Oriente Medio. Sus consejeros intentaron que la decisión encajara en la estrategia de instaurar la paz en Oriente Medio, señala Indyk, pero con una decisión así es imposible calmar la ira de Palestina.
Lea más: "¡Muerte a EEUU e Israel!": Afganistán 'se rebela' contra Trump (fotos)
Spiegel, por su parte, sugiere que el paso que Trump ha dado asestará un golpe al proceso de paz en la región y que dañará la reputación de Washington.
Estados Unidos ya no puede ser un mediador en Oriente Medio
El líder palestino Mahmud Abás condenó la decisión de Trump inmediatamente. Una decisión que, según Abás, fulmina cualquier derecho de Washington a mediar en el conflicto palestino-israelí.
Trump reconoció Jerusalén como capital de Israel el 6 de diciembre. Dijo basarse en los hechos y en la realidad y abogó por enfocar el conflicto entre Israel y Palestina de otra forma. El paso de Trump ha puesto fin a larga neutralidad de Washington sobre el estatus de Jerusalén, uno de los temas más espinosos del conflicto.
Lea más: Los musulmanes preparan una protesta global contra EEUU