Los últimos días en este puerto estuvieron colmados de presión por el trabajo realizado contrarreloj para acondicionar el buque de bandera noruega Sophie Siem, arrendado por la Armada de Estados Unidos para llevar un minisubmarino de rescate, que logró zarpar el domingo 26 de noviembre, y por la salida a medianoche del lunes 27 de la corbeta argentina Robinson con parte del equipamiento suministrado por Rusia.
Mientras, este 28 de noviembre lo único que se mueve en los muelles sobre el Atlántico son las gaviotas.
Acondicionamiento express
La pasada semana el puerto de Comodoro Rivadavia fue testigo de un intenso trabajo realizado por las armadas argentina y estadounidense, al que se sumaron vecinos de la ciudad y empresas internacionales instaladas en la región, con el fin de acondicionar el buque de bandera noruega Sophie Siem destinado a la operación de rescate, dijo a Sputnik el administrador del puerto, Favio Cambareri.
"El trabajo más intenso fueron las modificaciones al Sophie Siem, la adaptación del equipamiento y la llegada de los dos buques que llevarán el equipamiento de los rusos (la corbeta Robinson y el ARA Islas Malvinas) que desde el punto de vista logístico es más rápido para el alistamiento", aseguró Cambareri.
El Sophie Siem fue acondicionado para finalmente zarpar el domingo hacia la zona de búsqueda con un equipo de rescate.
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El trabajo sobre el barco, que significó una adaptación de un brazo hidráulico y la carga de un minisubmarino, se realizó "contrarreloj" en tres días, lo que según Cambareri en situaciones normales en un astillero podría "oscilar entre dos y tres meses".
Esto generó una revolución en la ciudad y sobre todo en el puerto donde "se trabajó las 24 horas" para lograr un "trabajo extraordinario e inédito", acotó.
"Esto fue un acontecimiento extraordinario y muy importante para nosotros, si bien el puerto recibió operaciones logísticas complejas esto tuvo otras características", explicó el funcionario de la provincia de Chubut.
La dársena fue colmada por profesionales de Comodoro Rivadavia, soldadores calificados, funcionarios de las empresas del sector hidrocarburos (actividad principal de la región) y periodistas.
"Nosotros entendimos que la colaboración nuestra tenía que ser 100% al servicio de esta misión", dijo Cambareri que acotó que "la comunidad lo entendió igual".
Equipo de búsqueda
"Se amarra el buque y en el transcurso de dos horas se carga y se vuelve a salir", dijo el lunes 27 a Sputnik un funcionario de la Armada argentina que prefirió no ser identificado.
La salida se retrasó hasta cerca de la medianoche a causa de que la nave necesitaba un arreglo.
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Nuevamente, soldadores de Comodoro Rivadavia llegaron a lo que fue su segunda casa durante la última semana para remendar una parte del subsuelo de la nave, informó a la prensa José Luis Ovalle, de la empresa Soldaduras Patagónicas.

El miércoles 15 de noviembre, el ARA San Juan, con 44 tripulantes, reportó su última posición a 430 kilómetros del punto más cercano de la costa de la Península Valdés, en el sureste de Argentina, cuando navegaba en aguas del océano Atlántico desde Ushuaia a su apostadero habitual en la Base Naval de Mar del Plata.
La Armada argentina confirmó que recibió información de que se produjo ese mismo día y en ese mismo lugar un "evento consistente con una explosión".
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La nave, construida en Alemania en 1983 y en servicio para la marina argentina dos años más tarde, se encuentra en su segundo año operativo, después de verse sometida a una extensa reparación entre 2008 y 2014.
Además de Rusia y Estados Unidos, otros 12 países colaboran con Argentina en la búsqueda de este submarino.