"Me dijeron que me vaya y que no me quieren ver más ahí", denunció Leguizamón a los medios de comunicación tras salir del comando naval.

"Entré y me empezaron a agredir el 90% de las familias, me quisieron pegar, me pidieron que no abra la boca, que si quiero hablar que hable por mí, que ellos no quieren decir nada", relató.
Visiblemente indignada, la esposa del cabo primero Germán Oscar Suárez, submarinista y sonarista dentro del buque desaparecido, aclaró que en su diálogo con la prensa siempre habló por ella, "nunca los mencioné".
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"Si no era por mi cuñada y mi mamá, me pegaban", aseguró.
El motivo del conflicto fue que al parecer Leguizamón mencionó en alguna declaración el término "viudas".
"Son tan ignorantes de creer que los van a encontrar", afirmó.
Los familiares, a la espera de noticias en la Base Naval, donde tiene su apostadero habitual el submarino, se sintieron ofendidos "porque estoy afirmando que ellos (los tripulantes) están muertos, cuando a ellos les están alimentando (la idea) de que no, de que están bien y de que están vivos".
"¿Por qué me tienen que agredir a mí si yo estoy atravesando el mismo dolor?", inquirió.
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Leguizamón, de profesión abogada, también fue acusada de no entender la situación "porque no sos madre, no tenés hijos", según le dijeron.
Tras enfatizar que seguirá diciendo lo que quiera y que no dejará que la agredan, advirtió: "Si algo me pasa, ya saben ustedes".
"La hermana (de su esposo Suárez) está acá, los padres lo aceptaron, cada cual acepta lo que quiere, tengo el mismo derecho de saber el parte" oficial de la Armada, sostuvo.
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Una semana después de perderse el contacto con el buque, se informó de que una explosión había tenido lugar tres horas después de la última comunicación del navío, a 48 kilómetros de donde se ubicó su última localización.

La abogada, proveniente de la provincia de Formosa (norte), aseguró que amaba y adoraba a su marido, "pero no hay que ser tampoco necios".
"No hay posibilidad de hacer un compartimento estanco" en el submarino San Juan, señaló a la prensa.
En una entrevista con Sputnik, Leguizamón aseguró que el submarino San Juan, que se comunicó por última vez el pasado 15 de noviembre cuando se hallaba a 432 kilómetros de la costa a la altura del Golfo de San Jorge, había tenido una falla en 2014.
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La esposa del sonarista también señaló que los familiares e integrantes de la Armada funcionan como una logia, pues "mueren por su institución".
"Nadie va a salir a decir nada en contra de ellos, así sea verdad", concluyó.
Trece países y más de 4.000 personas intervienen en la búsqueda del buque San Juan, uno de los tres submarinos con los que cuenta la Armada argentina.