"Para poder hacer uso de la tecnología rusa en la búsqueda, y emplear sus batiscafos a esas profundidades, se necesita primero contar con una posición geográfica muy bien definida, la cual, de acuerdo con las autoridades argentinas, no se conoce aún en detalle", dijo Andrade.
El buque ruso dispone de dos batiscafos que permiten realizar exploraciones a una profundidad de hasta 6.000 metros, informó el Ministerio de Defensa de Rusia, que también confirmó el envío de un avión de transporte militar con los técnicos del 328 destacamento de la Armada, que cuenta además con un aparato sumergible teledirigido Pantera Plus.
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Sin embargo, tras divulgarse este envío, la Armada argentina señaló que se registró un "evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente en una explosión" en la zona en la que el ARA San Juan se reportó por última vez tras informar de una avería eléctrica con sus baterías.

Este tipo de submarinos (TR 1700), de los cuales Colombia posee un par, "no tiene compartimentos aislados, por lo que un incendio compromete a toda la nave y los gases producidos se extienden por todo el aire en segundos, generando la asfixia de sus tripulantes", comentó Andrade.
Cuando ocurre una circunstancia de este tipo y el submarino está en inmersión "el procedimiento a seguir de manera urgente es llegar a los grupos de válvulas manuales que soplan los tanques de lastre, para que el submarino salga a superficie (…), y si no se hizo en este caso es porque no hubo nadie que accionara las válvulas", explicó el marino.

Así, cuando lleguen al sitio donde se registró la explosión, los técnicos que colaboran en la búsqueda del submarino, entre ellos los militares rusos, solo podrán determinar las causas del accidente, pero no rescatar ningún cuerpo, observó.
"Los restos de submarinos que han implosionado y a los cuales se ha llegado, que son realmente pocos, presentan fallas estructurales tan grandes que no hay ni siquiera barco como tal", explicó.
Casi 4.000 personas continúan con el operativo de búsqueda y rescate del submarino con buques y medios aéreos de Argentina y de siete países, mientras las familias de los tripulantes aguardan noticias en la Base Naval de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires (este).