El último bastión de Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países—, la ciudad de Abu Kemal, está bajo el control de las tropas gubernamentales sirias. La situación en las zonas de distensión se considera estable.
"Pronto la paz triunfará en Siria, pero es todavía prematuro hablar de la retirada de las Fuerzas Armadas de Rusia. Es necesario consolidar el éxito, desminar el país", añadió.
Algunos analistas coinciden en que el eco terrible de la guerra no será apaciguado tan deprisa como se desea.
"Hay que tener claro que Siria seguirá siendo un foco de tensión durante varios años. Por esta razón, se necesitan bases militares rusas en este país. Rusia será capaz de influir directamente en los conflictos que a menudo aparecen en Oriente Medio", explicó a Sputnik Alexandr Jramchijin, vicepresidente del Instituto de análisis político y militar de Rusia.
La Siria de posguerra no necesitará de un gran contingente militar ruso. De acuerdo con los datos del senador Klintsévich, el número de efectivos de las Fueras Aeroespaciales y las tropas terrestres será recortado. El Ministerio de Defensa de Rusia seguirá apoyando, no obstante, al Gobierno legítimo de Siria, y esto incluye los posibles focos de tensión.
Las fuerzas de Rusia en Siria
A día de hoy, Moscú tiene en el país árabe dos grandes objetos militares: la base de aviación en Hmeymim y la base naval militar en Tartus, única en el extranjero, que se ubica en las costas del Mediterráneo. La última era hasta finales del 2012 bastante "modesta", expresa Andréi Kots, columnista y analista de Sputnik. Contaba solo con el complejo de amarre, un sistema de suministro de agua dulce, algunas salas técnicas y un equipo de cuatro personas. Desde septiembre del 2013, cuando Rusia comenzó la operación militar en Siria por petición del presidente Bashar Asad, Moscú anunció la reanudación de su presencia naval en el Mediterráneo.
La reconstrucción completa de la base naval comenzó en el 2015. El personal especializado aumentó hasta los 1.700 efectivos.
"Lo que está pasando en Tartus todavía permanece en secreto. Se sabe que el 3 de diciembre del 2016 Vladímir Putin firmó una "orden para sellar el acuerdo entre Rusia y Siria para expandir el territorio del punto de abastecimiento de la Armada de Rusia en la zona de Tartus, además de impulsar la entrada de buques de guerra rusos en las aguas territoriales de Siria". Es posible hablar de la construcción de una base militar en toda regla", opina el columnista.
Vídeo: Aviación rusa en la base Hmeymim a vista de pájaro
Esta base será capaz de recibir submarinos, incluidos los nucleares, pontones y buques de diferentes tipos.
"Parece lógico pensar que tal instalación requerirá de una protección para el territorio, lo que hace posible que puedan ser enviadas a Tartus tropas adicionales de defensa aérea, de defensa costera y de infantes de marina", conjeturó Kots.
Flanco sur
No se puede olvidar la geopolítica, recuerda Kots. Oriente Medio sigue permaneciendo en la zona de intereses de EEUU y sus aliados de la OTAN. El reforzamiento de las posiciones de Rusia en la región no les gusta a los miembros de la Alianza Atlántica, que en varias ocasiones han mostrado su preocupación ante el posible aumento de la presencia militar rusa en esta zona.
"Hay entender que Hmeymim, por ejemplo, es una base bien desarrollada, capaz de recibir todo tipo de aeronaves. Allí pueden instalarse no solo cazas, sino bombarderos como los Tu-22M3 o los bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-160. Con todo eso, Rusia puede repeler toda una gama de amenazas", aseguró a Sputnik Ígor Korótchenko.
"Por un lado, nosotros, de hecho, tomamos el control de todo Oriente Medio. Y por otro lado, desviamos las amenazas que puedan ser relevantes en el flanco sur de la OTAN. Esta es una combinación excepcionalmente oportuna", concluyó Korótchenko.