"Estábamos por firmar el primer contrato en la historia de nuestro país para el desarrollo de yacimientos de gas en la plataforma continental con la participación de empresas rusas, y ahora vemos un intento de obligar a los libaneses a abandonar este camino positivo, ahora se está llevando a cabo una campaña para intimidar al Líbano y poner obstáculos en su camino bajo diversos pretextos", dijo Bassil.
Más tarde en una rueda de prensa en el grupo mediático Rossiya Segodnya, Bassil declaró que la crisis en el Líbano "es el resultado de una intervención externa en los asuntos del país" y agregó que esta situación "es inaceptable".
"Cuando las cosas son tan obvias, pronunciarlas es una tontería", dijo el ministro.
Agregó que actualmente viaja a los países europeos, ya que Europa "tiene mucha influencia en la región".
"Estoy dispuesto a visitar Bruselas, París, Londres, Roma, Berlín, Ankara; hoy nos encontramos en Moscú, ya que es la capital que contrarresta el terrorismo (…) y tiene buenos resultados", subrayó el canciller.
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El 4 de noviembre el primer ministro del Líbano, Saad Hariri, renunció al cargo desde Riad, alegando que existía el peligro de que se atentara contra su vida.
Además, acusó a Irán y al movimiento chií Hizbulá de meter cizaña en el mundo árabe.
El 11 de noviembre, el presidente libanés, Michel Aoun —que sigue sin aceptar la renuncia de Hariri— exigió que Arabia Saudí explique qué es lo que impide el retorno del primer ministro a su país.
Por su parte, el dirigente de Hizbulá, Hasán Nasralá, insinuó que Riad podría mantener secuestrado a Hariri para sacarle partido.
A su vez, Arabia Saudí declaró que Hariri se encuentra en Arabia Saudí por voluntad propia y puede abandonar el país cuando quiera.