"Hay una sola solución posible, que es el regreso de nuestro primer ministro", dijo Bassil en una rueda de prensa al término de las conversaciones que sostuvo en Roma con su par italiano, Angelino Alfano.
Además, acusó a Irán y al movimiento chií Hizbulá de meter cizaña en el mundo árabe.
El pasado sábado, el presidente libanés, Michel Aoun —que está aún por aceptar la renuncia de Hariri— exigió que Arabia Saudí explique qué impide el retorno del primer ministro a su país.
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Bassil señaló que la estancia de Hariri en el territorio de Arabia Saudí crea una situación "de ambigüedad".
"Nuestro primer ministro podría anunciar su renuncia en el territorio libanés y sería todo normal, pero hasta ahora no lo ha hecho y esto crea una situación de ambigüedad", remarcó el canciller libanés.
El Ministerio de Exteriores de Irán calificó las acusaciones de Hariri de infundadas.
A su vez, el dirigente de Hizbulá, Hasán Nasralá, insinuó días antes que Riad podría mantener secuestrado a Hariri para sacarle partido.