El último escándalo se centra en la titular de Desarrollo Internacional, Priti Patel, quien ocultó de la primera ministra una serie de reuniones que mantuvo con Benjamin Netanyahu y otros ministros, líderes y diplomáticos políticos de Israel durante unas vacaciones en el país el pasado agosto.
Patel se ha visto forzada a interrumpir un viaje oficial que acababa de emprender por África y retornar a Londres por orden expresa de la dirigente conservadora.
"Nuevas revelaciones implican que May debe despedir a Patel en cuanto aterrice (su vuelo); se está dañando la reputación de Reino Unido", instó a través de Twitter Kate Osamor, que detenta la misma cartera e ayuda Exterior en el Ejecutivo laborista.
New revelations mean May must sack Patel when she lands. Damage being done to Britain's reputation.
— Kate Osamor (@KateOsamor) 8 ноября 2017 г.
May reaccionó finalmente este 8 de noviembre habiendo aceptado previamente la disculpa de la ministra pero sin poder contener acusaciones de debilidad desde la oposición.
Para el veterano político es "imperdonable" que la todavía responsable de Ayuda Exterior mantuviera "reuniones diplomáticas" con altos representantes de Israel sin consultarlo antes con Downing Street ni con la Cancillería británica.
En una última vuelta de tuerca, la oficina de May desmintió un informe del diario judío británico, Jewish Chronicle, que sugiere que May pidió a Patel que no hiciera público algunos encuentros con ministros de Israel.
Lea también: Theresa May se disculpa del desastre electoral de los conservadores británicos
A nivel interno es una muestra más de la fragilidad del Ejecutivo de May y su aparente impotencia para apagar fuegos en su entorno, desde la fisura ministerial sobre el proceso brexit al escándalo de abusos sexuales que ya se ha cobrado la carrera de un ministro.
También sigue en candelero el canciller Boris Johnson por un aparente descuido verbal que puede conducir a un incremento de la pena en una prisión de Irán de la británica Nazanin Zaghari-Ratcliffe.