El atentado perpetrado por un grupo de extremistas con Movsar Baráyev a la cabeza duró del 23 al 26 de octubre, como resultado de la operación llevada a cabo por los agentes de seguridad fueron liquidados todos los terroristas y liberados la mayoría de los rehenes.
Según datos oficiales, 130 rehenes murieron, al mismo tiempo la ONG Nord Ost afirma que perdieron la vida 174 personas.
Se suponía que mujeres kamikazes constituirían cerca de la mitad de ese grupo de unos 50 individuos.
Las armas se transportaron a la capital en unos turismos cargados de manzanas, tres explosivos de gran potencia llegaron en un camión con sandías, la mayor parte de los terroristas arribó en autobús Jasaviurt-Moscú y varias mujeres, en avión procedente de Ingusetia, el propio Baráyev acompañado de dos ayudantes vino en tren el 14 de octubre.
Como posibles blancos de atentados se sopesaron el Palacio de la Juventud, el Teatro de Dubrovka y el Teatro de Variedades de Moscú, se eligió el segundo por estar lejos del centro de la ciudad y tener una sala de espectadores grande.
Los asaltantes colocaron bombas a lo largo de las paredes en la sala a distancia de 5 metros la una de la otra, en el centro y en el balcón pusieron unos cilindros metálicos, dentro de cada uno estaba un proyectil perforante de 152 milímetros.
Las mujeres llevaban cinturones de kamikaze, rellenos de explosivos de dos kilos y bolillas con un peso total de un kilo, ellas se distribuyeron en orden escaqueado por la sala, se preveía que las explosiones accionadas desde una pizarra central matarían a todos.
Los terroristas permitieron a algunos rehenes llamar a sus familiares, informarles de la toma del teatro y decir que fusilarían a 10 rehenes por cada uno de los suyos matado.
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Hacia las 22.00 horas, cerca de Dubrovka se concentraron destacamentos policiales, de misiones especiales y de tropas del Interior, así como vehículos blindados.
Una parte de los actores y del personal administrativo del teatro, que se encontraba en locales auxiliares durante la toma del edificio, lograron escapar; además, muy entrada la noche los terroristas soltaron a 17 personas sin ponerles ningunas condiciones.
El primer intento de establecer contacto con los terroristas se emprendió el 24 de octubre a las 00.15 a.m., lo hizo el diputado checheno de la Duma de Estado (cámara baja del Parlamento ruso), Aslambek Aslajánov, a través de él Baráyev transmitió la exigencia de reunirse con las autoridades.
Hasta el amanecer del 26 de octubre en el teatro entraron para conversar con Baráyev varios políticos (Iósif Kobzón, Grigori Yavlinski, Irina Jakamada), médicos (varios de la Cruz Roja, Leonid Roshal, Anvar El Saíd), periodistas y directores de cine (Anna Politkóvskaya, Serguéi Govorujin, Mark Franchetti y un grupo de rodaje del canal NTV); el jefe de la Cámara de Comercio e Industria, Evgueni Primakov; el expresidente de Ingusetia, Ruslán Áushev, y la cantante Ala Pugachova.
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Como resultado de estas conversaciones, los terroristas dejaron salir del teatro a más de dos decenas de rehenes.
Medios técnicos permitieron detectar contactos telefónicos de terroristas con sus cómplices de Chechenia, Turquía y varios países árabes.
El 25 de octubre a las 15.00, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reunió en el Kremlin con el ministro del Interior y con el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Nikolái Pátrushev, quien anunció la promesa de perdonar la vida a los terroristas a cambio de que suelten a todos los rehenes.
La respuesta fue: empezaremos a matar a los rehenes a partir de la mañana del 26 de octubre.
El plan de liberación de los rehenes estuvo elaborándose desde los primeros minutos de la toma del teatro, los grupos de misiones especiales antes de lanzar el ataque lo ensayaron en un edificio similar al de Dubrovka, para prevenir explosiones y víctimas masivas se tomó la decisión de usar gas nervioso.
En la noche del 25 al 26 de octubre unos agentes penetraron en locales auxiliares de la planta baja del edificio del teatro, lograron abrir orificios pequeños en paredes y tabiques, obtener acceso a la ventilación y montar cámaras de vídeo.
A las 7.25 a.m. el asesor del presidente de Rusia, Serguéi Yastrzhembski, anunció oficialmente el fin de la operación de liberación de los rehenes.
A eso de las 8.30 a.m. el viceministro del Interior, Vladímir Vasíliev, comunicó que fueron liberados más de 750 rehenes y que murieron 67 personas; 650 personas con síntomas de intoxicación fueron hospitalizadas, los médicos no lograron salvar la vida a una parte de ellas.
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Como resultado murieron 130 personas (contando a cinco fusilados), incluidos 10 niños, de los que dos eran artistas de la compañía infantil de este teatro.
Según datos oficiales, fueron eliminados 40 terroristas durante esta operación, en el teatro fueron hallados 30 explosivos, 16 granadas F-1 y 89 granadas de fabricación casera, equivalentes en total a unos 110 o 120 kilogramos de trilita.
Pasado un año desde el atentado, se inauguraron un monumento en la plaza enfrente al teatro y en el propio edificio una placa conmemorativa en la que están grabados los nombres de todas las víctimas.
Se abrió una investigación con motivo de la toma de rehenes el 23 de octubre de 2002, fueron acusados en rebeldía de ser organizadores de ese atentado Shamil Basáev, Zelimján Yandarbíev y Ahmed Zakáyev, entre otros; los dos primeros fueron eliminados entre 2005 y 2006, Zakáyev sigue escondiéndose en el exterior de la Justicia rusa.
En junio de 2003 la Fiscalía de Moscú cerró los expedientes penales de los terroristas muertos.
En abril de 2004, el Tribunal de Moscú condenó a cumplir de 15 a 22 años de cárcel a los hermanos Aliján y Ajiad Mezhíev y también a Aslán Mudálov y a Janpashá Sobralíev, acusados de haber dinamitado un auto en el suroeste de Moscú y de haber actuado como cómplices en la toma de rehenes en el Teatro de Dubrovka.
La investigación se interrumpió en junio de 2007 por ignorarse el paradero de las personas que se declararon buscadas para exigirles responsabilidad penal con motivo de la toma de rehenes en Dubrovka.
El 17 de diciembre de 2014 se anunció la reanudación de la instrucción procesal penal con motivo de la detención de Jasán Zakáev, quien según datos de los jueces organizó en 2002 el transporte a Moscú de armas y explosivos usados en Dubrovka.
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El Tribunal Militar de la Región de Moscú le condenó el 21 de marzo de 2017 a 19 años de privación de libertad y le obligó a compensar 37,5 millones de rublos (más de un millón de dólares) a los civiles afectados por el atentado.
Se sigue buscado a un participante de aquellos sucesos, Gueriján Dudáev, contra quien se dictó una orden internacional de captura.