Yalílov provenía de Kirguistán, pero era ciudadano ruso. Su familia se mudó a Rusia en el 2011, cuando el joven todavía no tenía la edad mínima necesaria para obtener el documento nacional de identidad. Yalílov recibió en su momento el carné de identidad ruso, de manera que, técnicamente, solo tenía una nacionalidad: la rusa.
El supuesto terrorista provenía de una familia ordinaria. Su padre sigue viviendo en Rusia, mientras que su madre, sus dos hermanos y su hermana hace tiempo que regresaron a Osh (Kirguistán). Según sus vecinos, la familia no era demasiado religiosa.
Por el momento, a Yalílov se le considera en Kirguistán solo un sospechoso. Los organismos de seguridad del país no se hallan en condiciones de confirmar ni desmentir que se trate del autor material del ataque en San Petersburgo. Las autoridades kirguisas señalan que solo la parte rusa puede confirmar ese extremo.
Osh, donde vive la familia de Yalílov, es una localidad ubicada en el sur de Kirguistán, con fama de lugar conservador y muy religioso.
Dicha urbe se encuentra en una región kirguisa considerada conflictiva. Las tensiones en la zona se reavivan muy a menudo. A raíz de los choques entre diferentes grupos étnicos, en 2010 murieron varios centenares de personas.
La ciudad está a solo unos 300 kilómetros de la frontera con Afganistán. Sin embargo, los analistas consideran que no existe ninguna amenaza procedente del país vecino.
En principio, Osh es más vulnerable a los intentos de reclutamiento por parte de grupos terroristas que la parte norte del país centroasiático. Sin embargo, es difícil encontrar estadísticas que avalen esta creencia, dado que el reclutamiento y la radicalización se producen en todo el territorio del país.
A pesar de todo, el islamismo radical no es común en esta república centroasiática. Según los analistas, no se puede hablar de radicalización generalizada en Kirguistán. El Ministerio de Defensa admite que unos 500 ciudadanos kirguisos se dirigieron a Siria para luchar en las filas yihadistas, unos 30 de ellos murieron en el país árabe y otros 40 regresaron a su país de origen.
En Asia Central hay organizaciones radicales que actúan en la escena internacional, pero tienen una notable influencia solo en dicha región, entre ellos el grupo islamista Hizb ut-Tahrir —Partido de Liberación, en español—. A principios de este año, en Kirguistán fueron arrestados varios miembros de la organización.