La decisión de crear un grupo de asalto especializado en combates contra grupos terroristas se toma tras la masacre de los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich, cuando 11 miembros de la selección israelí fueron secuestrados y asesinados por el grupo terrorista Septiembre Negro.
En vísperas de los Juegos Olímpicos de 1980, a realizarse en Moscú, se requería de una unidad de respuesta rápida a esta nueva amenaza.
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La principal tarea del Grupo Alfa fue y es la de combatir formaciones terroristas y extremistas, así como la liberación de rehenes, vehículos e instalaciones tanto dentro, como fuera del país.
Al Grupo Alfa se le encomendó la seguridad del presidente ruso, Vladímir Putin, durante su inesperada visita al Cáucaso Norte en 1999, en medio de los combates contra los extremistas que tomaron el control sobre la región de Chechenia.
Con el auge del terrorismo a nivel mundial, el equipo Alfa tiene la labor sigilosa de resguardar día a día el bienestar de los ciudadanos rusos del terror que quieren inspirarle sus enemigos.
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