La autopsia intentará determinar la identidad del cuerpo y las causas de muerte. Sin embargo, uno de los grandes problemas es el avanzado estado de putrefacción que presenta el cadáver encontrado.
"El trabajo que se puede realizar en un muerto en estas condiciones depende mucho de la situación que atravesó. Una de las primeras cosas que hay que hacer es, más allá de que lo hayan encontrado en el agua, determinar aproximadamente cuánto tiempo estuvo allí", dijo a Sputnik la licenciada argentina en criminalística María Celeste Cortés Abuin.
Una de las principales pruebas para determinar la presencia de diatomeas, partículas del agua de las que no podría haber registro si la persona se encontraba sin vida al momento de llegar al agua. "Si un individuo se ahoga hay un intercambio de diatomeas en el cuerpo", especificó la especialista. Este análisis se realiza en la médula ósea.
Otro procedimiento que se puede hacer un registro dentario. Sin embargo, aclaró la licenciada, eso depende de los hábitos del individuo. "A veces pasa que no fueron al dentista o visitaron varios y el registro dental es difícil de rastrear", señaló.
Por otro lado, una vez que el cuerpo entra en descomposición es "muy complicado" obtener el estudio cronotanatodiagnóstico, encargado de determinar el tiempo aproximado que ha transcurrido desde el momento de la muerte hasta que es solicitada la intervención de un médico legista y del criminalista. "Mientras menos horas hayan pasado desde la defunción mejor porque entonces hay muchos más signos para determinar las causas de la muerte", explicó Cortés Abuin.
Por eso Cortés Abuin explicó que aunque es posible que las corrientes del río muevan un cadáver, para sacar conclusiones en este caso "habría que analizar las corrientes con un experto".
"En las aguas en movimiento los cadáveres no quedan estáticos. Hay momentos en los que se hunden y pueden quedar enganchados a algo. Con un experto se puede determinar qué movimientos podría haber tenido un cuerpo aproximadamente. Por eso es posible realizar rastrillajes que no den positivo y en una nueva búsqueda en el sitio aparezca un cadáver", dijo.
"Si la persona se ahogó, durante los primeros días su cuerpo puede flotar y hundirse y volver a flotar. Lo que ocurre es que se empiezan a generar los gases de putrefacción que pueden hacer que el cadáver salga a la superficie y sea arrastrado por la corriente", dijo la especialista.
Sin bien no es posible hacer un estudio para corroborar que el cuerpo haya estado 78 días sumergido en el agua, sí se puede determinar si permaneció fuera del agua antes de que lo encontraran.
Para ello los especialistas trabajan con la primera y segunda capa de piel, epidermis y dermis. "Si [al cuerpo] lo hubieran tirado recientemente no llega a hacer el proceso de piel arrugada. Estas capas se arrugan y tienden a levantarse, pero si algunas de las dos permanece en el cadáver se puede trabajar en la identificación", aseguró la especialista.
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Además indicó que es "muy importante" obtener pistas no solo del muerto, sino también del sitio donde fue encontrado, y explicó que cuando un cadáver se encuentra en un estado avanzado de putrefacción "lo más difícil es realizar el acondicionamiento de la muestra". Por eso, estimó, la identificación y causas de muerte puede llevar un tiempo. "Hay que aplicar reactivos y esperar a que funcionen. No es algo rápido ni simple", concluyó.