Un avance tecnológico
China es el segundo país después de EEUU que empieza a utilizar el avión de quinta generación. China llega a formar parte de un pequeño grupo de países capaces de construir aviones de quinta generación junto a Rusia con el Su-57 y EEUU con el F-22 y F-35.
"Es un logro sobresaliente", según el experto militar Vasili Kashin, "pero su impacto en las capacidades de la Fuerza Aérea dependerá de muchos factores que no conocemos plenamente", como escribió en su análisis para Sputnik.
La experiencia norteamericana de la producción de los aviones de quinta generación sirve como un cuento con moraleja. Un coste alto de la producción del primer avión de quinta generación llevó a la conclusión de su fabricación, observó Kashin.
"Además es importante que China pueda remediar las deficiencias que no se identificaron durante las pruebas. Es probable que China tenga prisa por fabricar la aeronave cuanto antes por motivos de prestigio para perfeccionarla más tarde".
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"Una situación parecida ya tuvo lugar en la historia de la industria militar china. Basta referirse al caso de la primera serie de cazabombarderos Xian JH-7 de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación, cuya producción se detuvo pronto y se reanudó en el año 2004 con la aparición del mejorado JH-7A", subrayó el experto.
Kashin no cree que el "básico" J-20 tenga el mismo destino que el JH-7. Sin embargo, el experto subrayó que la fabricación de una maquina tan complicada no va a ser un trabajo fácil para la Fuerza Aérea, al tener en cuenta la experiencia global de producción de los aviones de tal tipo.
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Recordando la experiencia estadounidense, el analista señaló que la Fuerza Aérea de EEUU empezó a comprar los aviones F-22 en 1999 para las pruebas y el entrenamiento de pilotos. Los aviones alcanzaron la preparación de combate básica en diciembre de 2005 tras lo cual comenzaron a utilizarse en las principales pruebas. Dos años después el F-22 logró una preparación de combate completa.
Las imperfecciones del diseño
EEUU no utilizó sus F-22 en el golfo Pérsico hasta 2009, y su primer vuelo tuvo lugar en 2014 cuando los aviones fueron utilizados en la batalla contra Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países) en Siria e Irak, a pesar de que los militares de EEUU ya habían participado en varias guerras (Irak, Afganistán, Libia).
Otro problema de los F-35 es su elevado precio que puede superar 1,5 billones de dólares. El experto comentó que un buen ejemplo de la situación es cuando los ingenieros reciben un cheque en blanco para construir un maravilloso superavión y van recibiendo más dinero tratando de conseguir un presupuesto enorme asignado al programa militar.
Rusia se enfrentó a sus propios problemas con el avión Sukhoi Su-57 (antes conocido como T-50 o PAK FA), una aeronave cuyo prototipo se elaboró en 2009 y cuyo primer vuelo tuvo lugar en 2010, se esperaba producir masivamente entre 2018 y 2019. Surgieron problemas con la creación del motor de quinta generación en vez de los motores NPO Saturn izdeliye 117 o los que fueron utilizados en el Su-35S de la generación 4++. Los diseñadores planean equipar el T-50 con motores de quinta generación izdeliye 30 a partir del año 2020.
¿Invisible e invencible?
El experto subrayó que China y otros países asignan enormes recursos para combatir las tecnologías de sigilo con defensa aérea. Eso significa que muchas de las tecnologías utilizadas en estos aviones perderán su valor con el paso del tiempo.
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Además, el analista indicó que la fuerza aérea será frecuentemente utilizada para combatir a las fuerzas irregulares y a los rebeldes, lo que no requiere que las aeronaves vuelen a velocidad supersónica ni que sean poco visibles o posean un fuerte radar. Lo que un avión necesitará es la capacidad de efectuar varios combates en un día sin interrupciones o pérdida de tiempo en tierra para el mantenimiento.
Para este tipo de misiones los aviones de quinta generación pueden resultar menos apropiados que los aviones más antiguos.
continúe manteniendo sus aviones de cuarta generación como el J-11B y el J-11D en calidad de columna vertebral de la defensa aérea del país. "Los aviones de cuarta generación también se usarán para las operaciones terrestres donde las capacidades de los aviones de quinta generación son obviamente redundantes, por ejemplo, si se trata de las fronteras en el sur o el suroeste de China".
En cuanto al J-20, Kashin indicó que de momento la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación seguirá realizando pruebas del nuevo avión, "desarrollando sus propias tácticas del uso de aviones furtivos y al mismo tiempo creando nuevas tácticas para combatir a las aeronaves enemigas del mismo tipo".