El mando de la coalición antiterrorista emplea los F-22 para escoltar a los aviones no furtivos en las misiones de ofensiva, en caso de que ataquen los aviones sirios o se activen los sistemas de defensa antiaérea, escribe el autor del artículo, Robert Beckhusen, citando a uno de los pilotos estadounidenses en servicio.
Así, en agosto de 2016 los F-22 obligaron a los Su-24 sirios a abandonar la zona donde operaban clandestinamente las unidades especiales de EEUU, relató.
Además, con el uso de sus sensores avanzados, un F-22 puede servir como un tipo de 'radar volador', proporcionando datos para guiar las armas precisas portadas por los aviones de ataque.
El artículo prosigue detallando que, a pesar de la utilidad de la aeronave, ahora es casi imposible restablecer su producción debido al coste prohibitivo de tal proyecto, así como a los planes de la Fuerza Aérea de hacerse con unos 1.700 'sucesores' del F-22, los cazas F-35A.
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No obstante, el avión, con las modernizaciones necesarias, podría volar hasta los años sesenta del siglo corriente debido a que la intensidad de los vuelos de las 187 unidades construidas es tan baja que sus fuselajes casi no sufren daños estructurales, según los informes presentados al Comité de la Cámara de Representantes de EEUU citados por el medio.
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