Estuvo dos días. El 9 de octubre, Enrique García Meza —hijo del también cineasta Sergio García Michel— participó en una marcha en México junto a aquellos jóvenes estudiantes de magisterio que pedían justicia por la desaparición de 43 de sus compañeros de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, estudiantes que le recordaban a otros muchos jóvenes del México rural a los que por catorce años había impartido talleres de cine. En una segunda visita a Ayotzinapa, ese mismo octubre, el realizador empezó a relacionarse con los alumnos "de otras normales rurales que estaban ahí haciendo guardia" y de regreso a México logró que la productora Bertha Navarro, con quien ya había trabajado antes, y el reconocido director Guillermo del Toro, se interesaran en un proyecto que le llevaría tres años de su vida.


El resultado es 'Ayotzinapa, el paso de la tortuga', un documental de una hora y treinta y nueve minutos de duración en el cual, sin eludir la denuncia de lo sucedido en Iguala, García Meza centra su interés en el lado humano de la tragedia y da voz a los padres, familiares, amigos y condiscípulos de los 43 alumnos desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
¿Cómo se transformó un proyecto nacido, digamos, de un impulso, en un documental que empieza a recibir el apoyo de productores?
Bertha Navarro es una productora muy conocida en México y el mundo. Yo acababa de terminar un proyecto con ella y le dije que me iba para Ayotzinapa. Pensé que no iba a tener interés en el tema, pero me ayudó mucho. Bertha me empezó a apoyar y comenzó a hacer redes para ver quién más podía hacerlo. Fue ella quien me habló de Foprocine, el Fondo para la Producción Cinematográfica, y me pidió que preparara una carpeta para solicitar apoyo. Hice la carpeta, se entregó y nos lo dieron. Fue un apoyo que nos ha ayudado en la postproducción y parte de la producción. Gracias a él pude contar con Leo Heiblum, uno de los mejores compositores de música para cine de México, como productor musical; con Camilla Uboldi, Andrés Sánchez y Gus Reyes como creadores de la banda sonora, y con Martha Uc y Felipe Gómez en la edición.
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¿En Ayotzinapa con quién contabas para grabar?
Pero sé que por trechos contaste con un equipo.
Al principio sí se armó un equipo, pero algunas personas que se querían involucrar se fueron rajando.
¿Por miedo o por tener que quedarse mucho tiempo en Ayotzinapa?
¿Cuánto tiempo pasaste en Ayotzinapa antes de regresarte a Guanajuato para el proceso de edición y postproducción?
En total estuve como dos años… Hace un año justamente estaba en Colombia donde entrevisté a Ángela Buitrago, del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes. Cuando regresé, entrevisté a Maritza, la esposa de Julio César Mondragón, el normalista al que desollaron. La había grabado la primera vez que la conocí, pero no me gustó como me hablaba. Hablaba muy mecánicamente. También todos los chavos así hablaban.Ya tenían como un discurso. Después de esa ocasión Maritza siempre me decía "ya no quiero hablar, ya no quiero hablar", pero cuando llegué de Colombia me dijo: "ya estoy lista". La última vez que grabé algo fue con Anabel y eso fue hace seis meses [se refiere a la periodista Anabel Hernández, autora de 'La verdadera noche de Iguala'].
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¿Cuántas horas de grabación fueron en total?
No las tengo contabilizadas, pero por los terabytes que tengo deben ser unas 2.500 o 3.000 horas de grabación.
Eso da para una serie documental.
Por lo que cuentas parece que el documental no ha sido exhibido, pero sé que estuvo en el Festival de Cannes este año.
Me mandaron un correo de IMCINE, Instituto Mexicano de Cinematografía, diciéndome que habían seleccionado el documental para llevarlo a Cannes, a la sección de Corner. Me pidieron un corte de 12 minutos para que lo vieran distribuidores de cine. Si querían verlo completo se les habilitaría una sala. No sé cuánta gente entró, pero sí sé que se abrió una vez una sala para que se viera el documental completo. A Cannes fue como el corte 38 del documental y el corte 40 es el bueno, por decirlo de alguna forma.
¿Qué sigue ahora, tras el corte definitivo, para 'Ayotzinapa, el paso de la tortuga'?
El 24 y el 25 de octubre estaremos en el Festival de Cine de Morelia. Nos invitaron junto a otras cuatro películas a una sección que se llama Impulso Morelia. Lo interesante para nosotros es que hay cuatro premios: uno lo da Estudios Churubusco, otro lo da el propio Festival, otro lo da Cinépolis Distribución y otro lo da el Tribecca Film Institute. Tenemos la intención de que asistan los padres de los desaparecidos. Una de mis prisas es que ya se vea la película para que le dé como un respiro a ellos mismos.
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Más allá del Festival, ¿qué posibilidades reales de distribución tiene el documental?
El documental se va a mover primero como en cinco o diez festivales. Sé que se quiere que se pase por TVUNAM, pero exhibirlo en salas de cine pienso que va a ser muy difícil, aunque a lo mejor sí se distribuye porque el IMCINE es uno de los coproductores. La gente en México no va mucho al cine a ver películas mexicanas y creo que documentales menos.
Explícame, por favor, el título del documental.
¿A tres años de los hechos de Iguala, crees que ha disminuido en México el interés por conocer lo que sucedió con los desparecidos de Ayotzinapa?
Creo que los padres de los muchachos han hecho una labor titánica que es lo que hace que no se olvide. Creo que va a haber mucha gente en la marcha por el tercer aniversario, aunque no se va a parecer a la del primer año. Va a haber mucha gente porque no se olvida. Los papás no bajan la guardia. Si el tema todavía sigue vivo, y se sigue oyendo, básicamente es por ellos. Por ellos y por ellas: los papás y las mamás de los 43.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK