Entre uno de sus reality shows, y un vídeojuego. Entre esos cánones fluctúa el jefe de Estado norteamericano, Donald Trump, cuando da un discurso, donde lo agarre la noche, o ante la Asamblea de Naciones Unidas.
El periodista y analista militar Juan Aguiler opina que la de Trump "es una amenaza en toda regla. Pero no una amenaza de agresión o de injerencia política: es una amenaza de genocidio".
"¿Qué piensa hacer este insensato? ¿Lanzar bombas atómicas en Corea del Norte? ¿Exterminar su población? ¿Levantar un muro para que no pase la radiación hacia Corea del Sur o hacia Japón? ¿Y piensa que China se va a quedar tranquila, viendo como caen ojivas nucleares a veinte kilómetros de su frontera?", se pregunta el experto.
Pero Kim Jong-un le respondió con una retórica similar: "Definitivamente domaré con fuego al mentalmente perturbado viejo caduco estadounidense", dijo, tras afirmar que Trump "es un canalla y un gánster a quien le gusta jugar con fuego, no (es) un político".
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No ha faltado entre los socios de Washington, quienes hayan cruzado miradas, o se hayan cubierto el rostro con sus manos ante una prédica de las dimensiones de la del inquilino de la Casa Blanca, de la cual sintieron una gran vergüenza. Lo que aún no se sabe es si se trataba de vergüenza ajena, o de vergüenza de ser su aliado.
"El señor Trump es un personaje, que como ya definimos en su día, es tan tonto como parece, no tiene ni idea de lo que es la diplomacia, ni idea de lo que son las relaciones internacionales, ni idea del equilibrio de fuerzas mundiales, ni idea del terreno que pisa. Y entonces aparece como 'un señor del sur', como un 'Cristo con dos pistolas', a fanfarronear a la Asamblea de las Naciones Unidas. (…) El señor Trump es un indigente intelectual", sentencia Juan Aguilar.
Mientras, en su intervención, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que en los últimos años Rusia logró deshacerse de la herencia de la Guerra Fría, pero la OTAN está tratando de recrear el clima que dominaba en aquel período.
"Ha sido por una parte, una respuesta al discurso de Trump, y por otro lado, un discurso donde Rusia vuelve a poner su posición y su visión sobre los asuntos internacionales, fundamentalmente en base a un eje, que es el de la soberanía de los Estados", explica Aguilar.
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En su alocución, Lavrov incidió en que Rusia llama a dejar de apostar sobre uniones militares cerradas así como de politizar la economía y el comercio globales. Asimismo, instó a esforzarse por reducir las barreras para el comercio y las inversiones y dejar de politizar las relaciones económicas.
Al respecto, Juan Aguilar observa que "cuando se piensa en un mundo multipolar, que es en lo que piensa la política exterior de la Federación de Rusia, — y otros países también —, éste tiene que basarse en una cosa: que esos polos tengan soberanía plena, para buscar sus caminos de desarrollo, sus caminos políticos, de dirección política, etc.", concluye el experto.