En Europa y Estados Unidos ha surgido un brote importante de sarampión, una enfermedad que se había logrado controlar en el mundo con la vacunación de la población. Esta infección es altamente contagiosa y la baja en las tasas de inmunización ha provocado su regreso en muchas comunidades, a raíz del auge de los movimientos contrarios a las vacunas.
Esta invención ha permitido en muchas regiones poner a raya en amenazas a la salud pública como la difteria o el tétanos. Enfermedades relativamente comunes antes, como las paperas, el sarampión o la varicela, hoy en día son cada vez menos frecuentes gracias a las inyecciones. Incluso las poblaciones más vulnerables tienen un mecanismo de defensa ante gripes estacionales. Entonces, ¿por qué cada vez menos personas quieren vacunarse?
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Espinosa recordó que a mediados de los 90, la revista científica The Lancet publicó un artículo en el que un investigador relacionaba a las vacunas contra el sarampión, la rubéola y las paperas con el autismo. Sin embargo, luego se demostró que esa hipótesis se justificó con "trampa" y se vetó al autor en la comunidad científica.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 2 de junio de 2016
"Sin embargo eso dio un empujón a un gran cantidad de grupos antivacunas, especialmente en EEUU, pero se han ido haciendo cada vez más y numerosos en todos los países del mundo y Latinoamérica no se escapa de ello", aseveró el doctor.
Según Espinosa, "conforme se baja la cobertura de vacunación contra enfermedades que se había erradicado", los casos aumentan. En América Latina aumentan los casos de tos ferina causada por la bacteria Bordetella Pertussis en "la población que no está cubierta de manera eficiente".
"Lo que estamos viendo en realidad está basado sobre ciencia absolutamente falsa, que no tiene ninguna justificación", indicó el médico.
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Si bien es cierto que no son de gravedad, las vacunas tienen efectos secundarios. Algunos son fiebre, dolor en el lugar en el que se aplican o inflamación, relacionados con la inyección. Según el especialista, ocasionalmente se ha reportado alergia a los componentes de las vacunas que suceden en una persona de cada millón que se reciben.
Algunas reacciones inmunes afectan al sistema nervioso "de manera transitoria", como en el caso del síndrome de Guillain Barré. Sin embargo, el pediatra precisó que también es "extremadamente" raro, de un caso por millón de dosis aplicadas. "Existen cosas más peligrosas desde el punto de vista de la intervención médica", aclaró.
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Un ejemplo es lo sucedido con la primera vacuna contra el rotavirus, una enfermedad que provoca diarreas muy severas en niños. Cuando se lanzó, la comunidad médica la celebró porque daba una solución a los altos números de hospitalizaciones. Sin embargo, se observó al tiempo un número "desproporcionado" de casos de invaginación intestinal, una complicación que obstruye el intestino. Cuando se supo, se retiró del mercado.
"Claramente las instancias regulatorias están siempre pendientes de cualquier efecto secundario, a pesar de que no se hubiera visto en las etapas tempranas del desarrollo de un medicamento o vacuna. Uno puede estar muy tranquilo de que las vacunas que existen hoy son absolutamente seguras", dijo Espinosa.
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Otro de los argumentos es la presión de la industria farmacéutica hacia los gobiernos. A criterio del entrevistado, "por más que la industria haga mucho lobbying, las autoridades se han vuelto razonablemente blindadas" a esta influencia.
"De boca en boca se va transmitiendo información incorrecta y lleva a que un vecino le diga a un padre o una madre que no es correcto vacunar. Y aquí la vacunación no es obligatoria, es opcional por lo cual eso ha llevado a un problema", reflexionó en diálogo con Sputnik Ruth Figueroa, portavoz del Grupo de Estudio en Vacunas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.
"Damos por hecho que no existe la polio cuando. Eso es gracias a la vacunación y no a que hayan desaparecido ese tipo de infecciones. Siempre van a existir pero se pueden prevenir", concluyó Figueroa.