"A petición de la Fundación Nacional del Indio [FUNAI], el Ministerio Público Federal está investigando desde agosto, junto a la Policía Federal, un supuesto ataque contra los pueblos indígenas aislados que habitan la región del río Jandiatuba, en la tierra indígena Valle del Javari", informó el 11 de septiembre en un comunicado la Funai, organismo gubernamental encargado de la protección de las comunidades indígenas.
Los hechos habrían ocurrido el pasado mes de agosto pero salieron a la luz el pasado fin de semana.

Está considerada una de las regiones de Sudamérica con más presencia de tribus no contactadas y la zona es de muy difícil acceso (para llegar al lugar de los hechos se necesitan al menos 12 horas de barco).
Según la Funai, la denuncia surgió después de que se viera a algunos "garimpeiros", nombre con el que se denomina a quienes practican actividades de minería ilegal, en el municipio de Sao Paulo de Olivença (al oeste del estado de Amazonas) hablando sobre el ataque.
"Los 'garimpeiros' fueron detenidos (…) no confirmaron las muertes y hasta el presente momento no se encontró ninguna prueba material que compruebe la supuesta masacre", admite la Funai.
No obstante, organizaciones indígenas de la región hablaron de una cifra de muertos que va entre diez y 20 personas, según recogen algunos medios locales.
"Si los hechos se confirman, el presidente Temer y su Gobierno poseen una gran responsabilidad en este ataque genocida", aseguró el director de Survival International, Stephen Corry, en un comunicado.
Según esta organización, los recortes en el presupuesto de la Funai dejaron a decenas de tribus aisladas sin defensa contra miles de invasores, como "garimpeiros", granjeros y madereros, que están "desesperados por robar sus tierras".
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