"Compartimos la preocupación de nuestros socios franceses ante la posibilidad de que los terroristas huyan de Siria a otros países, a Europa, a Asia Central, a Rusia, creando allí nuevas amenazas", dijo el titular.
"Para iniciar el proceso de transición política [en Siria] no se pueden reclamar condiciones previas algunas, es decir la destitución de Asad", dijo tras las negociaciones con el canciller ruso Serguéi Lavrov.
Recordó que Francia ya había declarado que "la destitución de Asad no es un objetivo propio".
Varios países occidentales declararon que Asad debía abandonar el puesto de presidente para contribuir a la solución del conflicto sirio.
Lea más: "Daesh es enemigo de Francia, Asad es enemigo de Siria"
También varios partidos de oposición sirios vinculan el diálogo sobre la resolución política de la crisis con la destitución de Asad.
Las hostilidades, según datos de altos cargos de la ONU, han dejado hasta la fecha unos 400.000 muertos.
Actualmente los yihadistas de Daesh, que controlaban en 2015 un 70% del territorio sirio, van perdiendo rápidamente el terreno.
La crisis en la península norcoreana
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, declaró que el Consejo de Seguridad de la ONU debe elaborar nuevas sanciones contra Corea del Norte.
"Es necesario que el Consejo de Seguridad de la ONU asume nuevos compromisos, para que definamos una nueva posición, elaboremos sanciones adecuadas a fin de presionar a Corea del Norte y hacer que vuelva a la mesa de negociaciones", dijo Le Drian.
El 3 de septiembre, Corea del Norte declaró haber ensayado con éxito una bomba de hidrógeno que podría colocarse en ojivas de misiles balísticos intercontinentales (ICBM).
Según las estimaciones previas, la bomba tuvo una potencia de entre 50 y 70 kilotones.
Fue el sexto ensayo atómico desde que Corea del Norte se proclamó potencia nuclear en el año 2005; los anteriores tuvieron lugar en 2006, 2009, 2013 y dos en 2016.
En lo que va de año, Corea del Norte realizó 13 pruebas de misiles balísticos, incluyendo el lanzamiento de dos supuestos ICBM capaces de alcanzar el territorio de EEUU y de un misil de medio alcance que sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido.
Los observadores en Ucrania
Moscú insta a enviar al este ucraniano fuerzas para proteger a los observadores de la OSCE y no a los cascos azules, afirmó el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
"No se trata de fuerzas de la ONU sino de una misión para contribuir a la protección de los observadores de la OSCE, que sea plenamente compatible con los acuerdos de Minsk", dijo Lavrov al reunirse con su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian.
El ministro ruso señaló que la composición de esta misión de protección sería determinada por las partes del conflicto ucraniano.
"Por nuestra parte analizaremos la propuesta rusa y intentaremos conciliar esta iniciativa con los acuerdos de Minsk", dijo Le Drian.
Agregó que le interesa mucho esta iniciativa, ya que "es la primera vez que Rusia habla del despliegue de las fuerzas de la ONU en este foco (del conflicto) en Ucrania".
El 5 de septiembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, respaldó el posible envío de cascos azules a Donbás, siempre y cuando su misión consista en garantizar la seguridad de los observadores de la OSCE y no se extienda más allá de la línea de contacto.
El día 7 el líder ucraniano, Petró Poroshenko, se mostró extrañado por la propuesta de Moscú.
El propio Poroshenko declaró haber discutido en agosto pasado con el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, la posibilidad de desplegar una misión de paz de la ONU en Donbás y tiene la intención de presentar esta iniciativa a la Asamblea General de la ONU en septiembre.
La ONU, por su parte, comunicó que no prepara el despliegue de una misión de paz en el este ucraniano, porque previamente es necesario el consenso de todos los implicados.
Lea más: Kiev no excluye presentar su propio proyecto sobre cascos azules en Donbás
Ucrania lleva a cabo desde abril de 2014 una operación militar contra las milicias en el este del país donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.