"Hoy por hoy la situación política en Turquía no permite continuar las negociaciones (…) sobre el incremento de la integración con Turquía", dijo el portavoz del Ejecutivo galo, Christophe Castaner, a la emisora France Inter.
Castaner admitió que los turcos fueron utilizados por los europeos para sus propios fines.
"En la última década utilizamos a Turquía como chivo expiatorio para justificar posiciones políticas en Francia. Utilizamos a Turquía para atemorizar", confesó.
Los últimos años de las conversaciones con Turquía, apostilló, fueron "una pérdida de tiempo".
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Anteriormente, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que recomendará en octubre a la UE suspender o poner fin a las negociaciones con Ankara.
Turquía es candidata al ingreso en la UE desde 1999.
Las relaciones entre la UE y Turquía empeoraron tras la intentona golpista que buscó derrocar al actual presidente Recep Tayyip Erdogan en julio de 2016.
Sobre todo se agravaron las relaciones con Austria, que insiste en cesar las negociaciones sobre la admisión de Turquía en la UE, y con Alemania, que plantea revisar la política económica hacia Ankara, especialmente los programas crediticios y de inversión, debido a los arrestos de activistas de derechos humanos.