"Se requiere también excluir las sanciones unilaterales adicionales por encima de las que aprueba el Consejo", dijo el diplomático en la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU tras la última prueba balística de Pyongyang.
"Urgimos a cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en su totalidad. Pyongyang debe cerrar los programas prohibidos (…) y adherirse a la Convención sobre la Prohibición de Armas Químicas", señaló.
También llamó a Corea del Norte a volver al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y a las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El representante ruso descartó, asimismo, una solución militar al problema norcoreano.
"Las próximas decisiones del Consejo de Seguridad sobre Corea del Norte deben indicarlo claramente", apostilló.
Nebenzia instó también a Estados Unidos a no incrementar su presencia militar en la zona y suspender el despliegue de su escudo antimisil THAAD en Corea del Sur para reducir la tensión en la península coreana.
"Para normalizar la situación en la península coreana se requiere que Corea del Norte cese sus ensayos balísticos, pero al mismo tiempo que se renuncie al aumento de la infraestructura militar en la zona, incluido el despliegue del sistema THAAD, y se reduzca la escala de las maniobras", dijo.
El embajador destacó que la iniciativa ruso-china que se avanzó en varias ocasiones podría ser la hoja de ruta para solucionar el problema.
Insistió además que se debe recurrir a los instrumentos políticos para resolver la crisis coreana.
Rusia presentó a principios de julio en el Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta, diseñada conjuntamente con China, que prevé imponer una moratoria a los ensayos de armas nucleares y misiles balísticos norcoreanos, así como recomienda a EEUU y Corea del Sur abstenerse de realizar ejercicios militares de gran escala.
La iniciativa fue rechazada por EEUU y no fue comentada por Corea del Norte.
Pyongyang llevó a cabo este martes un ensayo de un misil balístico, supuestamente un Hwasong-12 de alcance intermedio, que sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido y cayó en el mar a unos 1.180 kilómetros al este de la costa de Japón y a más de 2.700 kilómetros del lugar del lanzamiento.
Fue la 13ª prueba en lo que va de año, incluyendo el lanzamiento de dos supuestos misiles intercontinentales capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y la segunda después de un cruce de amenazas que tuvo lugar entre Washington y Pyongyang a mediados de agosto.