Doce días hasta la catástrofe
El 30 de septiembre, el Congreso de EEUU tiene que aprobar la ley sobre el gasto público para poder financiar los gastos del Gobierno. El problema consiste en que los congresistas volverán de sus vacaciones estivales el 5 de septiembre. A partir de este día y hasta el 30 de septiembre ambas cámaras del Congreso se reunirán tan solo 12 días laborales, en cuyo transcurso tendrán que llegar a un acuerdo.
Si los congresistas no logran llegar a un acuerdo durante el plazo adicional, se producirá el cierre del gobierno. En este caso el gobierno de EEUU no podrá continuar endeudando el dinero o se declarará en quiebra por no ser capaz de pagar sus facturas.
Como consecuencia, la quiebra amenaza con provocar el colapso del mercado de valores, el empeoramiento de la calificación crediticia de EEUU y la disminución de la confianza por parte de sus acreedores respecto a la solvencia del país.
El factor Trump
Anteriormente, el medio de comunicación Business Insider, los economistas de Wall Street y los inversores empezaron a preocuparse por la posibilidad de la posible bancarrota.
La causa de su preocupación fue el mismo presidente de EEUU, Donald Trump, y su Administración, que no tenía una opinión común respecto a la solución del problema sobre los gastos.
De acuerdo con el portal ruso Vesti Finance, varios expertos destacaron la costumbre de Trump de actuar contra el escenario y hacer propuestas y declaraciones inesperadas.
Algunos de los expertos incluso recordaron las promesas que Trump había dado durante la campaña electoral sobre su plan de reestructurar la deuda nacional.
El empeoramiento de las relaciones de Trump con varios líderes del Partido Republicano tras el fracaso de la reforma en la esfera de la salud, fue otra causa de preocupación de los expertos.
Discurso político
Varios republicanos de la Cámara de Representantes del Congreso de EEUU apoyan el proyecto del presidente estadounidense relacionado con la construcción de la pared en la frontera con México, diciendo que la cuestión sobre su financiamiento debe tener prioridad. Algunos de ellos incluso indicaron que querían que se produjese el cierre del gobierno para que fuera posible obtener estos recursos.
Los congresistas republicanos más moderados catalogaron de insensata esta idea, mientras que sus líderes estaban determinados a aplicar todos sus esfuerzos para evitar tal desenlace, ya que consideran que este empeoraría las dudas acerca de la capacidad del partido de gobernar.
En estas circunstancias la Administración Trump se echó para atrás en su política y dijo que trataría de conseguir la simple subida del techo de deuda, lo que significaría que su incremento no iba a depender del resultado de otras medidas políticas, concluye The New York Times.