Esto supone el primer derribo realizado por un piloto estadounidense desde la campaña de Kosovo de 1999. El teniente comandante Tremel compartió ante los medios cómo transcurrió aquel ataque.
"Todo el incidente duró unos ocho minutos. Yo no me comuniqué directamente con la nave siria pero él [el piloto sirio] recibió varias advertencias de los aviones de alerta temprana y control aerotransportado. Así que sí, lanzamos proyectiles y este sí impactó en un objetivo que estaba en el aire", cita Save the Royal Nave las palabras del Tremel.
Great intrvw w/ #VFA87 Golden Warrior, LCDR Michael Tremel, on his Jun 4 air-to-air kill of a #Syrian Su-22 #Fitter. https://t.co/VQMWAlJU8A
— Roger Smith (@RMaxSmith) 30 de julio de 2017
El piloto explicó haber tomado tal decisión por el hecho de que el Su-22 sirio realizó lanzamientos de bombas cerca de las posiciones de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), un grupo de fuerzas insurgentes apoyadas por EEUU. "Yo no pude ver al piloto [sirio] pero mi copiloto observó su paracaídas", agregó.
Respondiendo a la pregunta de cuantos proyectiles se necesitaron para derribar al Su-22 sirio, Tremel admitió que la operación requirió dos misiles. El AIM-9X Sidewinder —un misil aire-aire de corto alcance guiado por infrarrojos— se extravió, aparentemente atraído por las bengalas que el piloto del Su-22 utilizó como contramedida. Se requirió entonces un segundo proyectil, esta vez el misil de mediano alcance AIM-120 Slammer, para dar en el objetivo.

El piloto explica que el AIM-9X extraviado es la versión más moderna de toda una familia de misiles estadounidenses y que no esperaba ser burlado por una nave de la época soviética como lo es el Su-22.
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Los periodistas no pudieron evitar la pregunta sobre los encuentros en el aire con los pilotos de las Fuerzas Aeroespaciales rusas, a lo que Tremel respondió breve y claramente: "Ellos se comportan con gran profesionalismo en todo momento".