Y así tendrá que ser durante su mandato si no quiere que le digan "estás despedido", a través de un impeachment. Probablemente se vengan más humillaciones públicas del tamaño de la que le acaba de ejecutar el Congreso, — correligionarios incluidos —, que no le perdonan ser un outsider.
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El marco de las sanciones se conoce de sobra, tanto, como la falta de pruebas: la supuesta injerencia de Rusia en las presidenciales de EEUU en 2016. Una acusación que Moscú rechazó en reiteradas ocasiones. Y seguirá rechazando en el futuro. Un futuro en el que las pruebas tampoco aparecerán.
Repasemos. La ley abre la puerta a sanciones contra las compañías europeas por colaborar con Moscú en el sector energético, para ser más exactos, en el Nord Stream 2: un tendido de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
Y aquí viene el problema. No para Trump, sino para el Congreso. Europa ya amenazó con contramedidas que golpearán de lleno a la economía de EEUU. En un editorial del periódico alemán Die Welt, la ministra alemana de Economía y Energía, Brigitte Zypries, afirmó que Berlín está dispuesto a "pagar con la misma moneda" a Washington si las sanciones impuestas a Rusia acaban afectando a las compañías germanas con intereses energéticos.
"Evidentemente Europa no puede quedarse quieta, peligrando su abastecimiento energético. Estará presionando", advierte el economista argentino Luis Palma Cane.
¿Podrán los halcones que depredaron sobre la Casa Blanca, soportar la embestida de las empresas que se vean perjudicadas en esta maniobra suicida del Congreso, y que son las que verdaderamente mandan, vestidos de lobbistas por los pasillos del poder en Washington?
Palma Cane no cree "realmente que Europa bloquee la asistencia financiera de bancos europeos a compañías norteamericanas porque sería una distorsión muy grave del sistema financiero mundial. Las empresas norteamericanas se abastecen tanto del mercado de capitales de EEUU, como del mercado de Europa, y viceversa. Entonces yo no quiero pensar qué pasaría si Europa avanza con el bloqueo bancario y lo mismo hace EEUU", explica.
En este sentido, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, declaró EEUU desató una guerra comercial al aprobar dicha ley. Mientras, y con una mesura que tal vez no se vuelva a repetir, Donald Trump señalo que "al limitar la flexibilidad del (Poder) Ejecutivo, esta ley hace más difícil para EEUU alcanzar buenos acuerdos para los ciudadanos estadounidenses, y va a llevar a que China, Rusia y Corea del Norte estén mucho más cerca".
"Lamentablemente la pelota está en alzada. Lo que hay que evitar es, desde el punto de vista diplomático, tratar de minimizar los efectos negativos que tiene (la ley de sanciones). Veo difícil que se dé marcha atrás (con la ley de sanciones por parte del Congreso de EEUU). Quizás más que dar marcha atrás y anularla, 'pintarla' un poquito, flexibilizarla de manera que los efectos negativos sean mucho menores de los que están previstos", concluye Luis Palma Cane.