Decenas de miles de musulmanes reanudaron su participación en la plegaria de la tarde después de dos semanas de abstenerse de acudir a Al Aqsa y ondearon desafiantes la bandera palestina en lo alto de esta mezquita.
Los enfrentamientos de hoy indican que la situación no se normalizó pese a la retirada de las puertas electrónicas y las sofisticadas cámaras de video.
El presidente palestino, Mahmud Abás, dijo que las autoridades palestinas determinarán su manera de proceder "paso a paso" en función de cómo se desarrollen los acontecimientos.
Los líderes palestinos denunciaron que una de las puertas de la Explanada no se abrió en la tarde del jueves, lo que sirvió de espoleta para reanudar las protestas.
Los heridos han sufrido por inhalación de gases y por balas de goma principalmente.
Existen indicaciones de que Abás quiere capitalizar la movilización espontánea de los palestinos del sector ocupado de Jerusalén, aunque no está claro cómo lo va hacer a partir de ahora, especialmente después de que Israel haya cumplido en los últimos días las demandas de los palestinos.
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La policía israelí se prepara para la oración del mediodía del viernes, cuando está previsto que acuda a Al Aqsa una gran multitud de musulmanes.