"Se decidió celebrar una reunión urgente a nivel de ministros de Exteriores el miércoles, el 26 de julio de 2017, en la segunda mitad del día, para examinar las agresiones y últimas medidas israelíes en Jerusalén y en la Explanada de la mezquita de Al Aqsa", indicó en un comunicado.
El 14 de julio tres atacantes, que eran árabes con pasaportes israelíes, abrieron fuego contra la policía israelí cerca de la Puerta de los Leones en el casco antiguo de Jerusalén, asesinando a dos agentes, e intentaron escapar hacia la Explanada de las Mezquitas, pero fueron abatidos.
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Tras lo sucedido las autoridades israelíes cerraron el acceso a la Explanada por 48 horas, y el 16 de julio autorizaron la entrada para los musulmanes pero les obligaron a pasar a través de portales con detectores de metales.
Los musulmanes rechazaron esta medida argumentando que representa "un grave cambio en el statu quo" de Jerusalén y se negaron a cruzar por los portales electrónicos.
Las medidas adoptadas por Israel, contribuyeron a crispar el ambiente no solo en Jerusalén sino también el resto de los territorios ocupados.
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La escalada de violencia el viernes y el sábado pasados dejó cuatro palestinos muertos en Jerusalén y centenares de heridos.