La crisis tiene que ver con la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y se inició el pasado 14 de julio, cuando un comando árabe israelí mató a dos policías israelíes en una de las puertas de la ciudad vieja de Jerusalén.
El Shin Bet considera que el deterioro puede ocurrir si la policía no retira las puertas electrónicas en los accesos a la Explanada de las Mezquitas, o si no retira las cámaras de video "inteligentes" que ha instalado en la zona en los últimos diez días.
La presencia de las cámaras ha hecho que este miércoles los musulmanes recen otra vez en las calles de Jerusalén y no en la mezquita al Aqsa.
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Según fuentes israelíes, el ejército apoyó los planteamientos del Shin Bet acerca del peligro que entraña que el gobierno no actúe rápidamente en esa dirección.
El Shin Bet ha presentado al ejecutivo cuatro escenarios posibles: en el primero, estallaría una nueva intifada, en el segundo Fatah, la organización que gobierna la Cisjordania ocupada, se sumaría a la revuelta.
El tercer escenario contempla un deterioro de la situación en el norte del país, en la frontera con Líbano, que conduciría a una guerra con Hizbolá.
Por último, el cuarto escenario presentado por el Shin Bet se daría si el conjunto del mundo islámico se uniera para denunciar la ocupación israelí con el pretexto de que las medidas que Israel adoptó recientemente van contra sus intereses.