"Me opongo categóricamente a su presencia en Siria. Creo que es uno de los mayores errores que han cometido, y se lo he dicho en la cara", declaró Hariri al reunirse el martes en Washington con un reducido grupo de periodistas extranjeros.
Más temprano, el primer ministro libanés mantuvo negociaciones con el presidente de EEUU, Donald Trump.
Los libaneses son "conscientes de que Hizbulá es una organización inadmisible para EEUU", señaló Hariri.
La semana pasada, la embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, se entrevistó con la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Sigrid Kaag, e instó a "incrementar la presión sobre Hizbulá para que se desearme y renuncie a sus acciones desestabilizadoras".
El viceministro de Exteriores de Rusia, Oleg Siromólotov, en una entrevista concedida en febrero al periódico Jerusalem Post, recordó que el gobierno sirio había solicitado la ayuda de Irán y Hizbulá en el conflicto que continúa desde 2011, y que se irán junto con los demás grupos armados cuando la guerra haya terminado.